➻v e i n t i d o s

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El castaño miró a su alrededor, reparando en lo tétrico que se veía aquel lugar. Las viejas historias que su padre le contaba a Derek y a él cuando eran niños rondaban por su cabeza. Y en ese momento estaba en las viejas y misteriosamente abandonadas tierras de los Mcadams.
Simplemente se sentía como un niño no tenía otra explicación. Se abrazó a si mismo cuando un nuevo escalofrío bajó por su espalda.
Derek se había ido a buscar algo para poder secarlos. Él había decidido quedarse sentado cerca del fuego… y al parecer no había sido una buena idea. Escuchaba algunos sonidos, no estaba seguro de lo que podían ser. Y la tormenta seguía siendo intensa afuera. Para su suerte ningún trueno había vuelto a sonar. No quería estar solo cuando eso sucediera.
Se sobresaltó un poco al ver a Derek saliendo repentinamente de la oscuridad con un par sábanas y toallas.

—Tranquilo, soy yo —le dijo.

—Lo sé —asintió él — ¿De dónde sacaste eso?

Derek le tendió una toalla y se acercó a él para sentarse a su lado.

—Del lado trasero hay una especie de patio con techo… estaban colgadas en una especie de tendedero. Las revisé y están limpias.
Stiles miró extrañado la toalla que tenía en la mano pero no lo dudó y se secó un poco el pelo para luego envolverse con ella.

— ¿La lluvia sigue siendo fuerte? —le preguntó.

—Así es… hacía bastante que no llovía de esta forma.

Se puso de pie y sin decir nada se quitó la camisa. La mandíbula de Stiles se abrió hasta casi tocar el suelo. Sintió que la sangre le corría a toda velocidad hacía sus mejillas. Al instante giró dándole la espalda.

—¿Qué estás haciendo, Derek? —le preguntó algo nervioso.

Él lo miró divertido al verlo mirando hacia otro lado.

—Voy a empezar a secar mi ropa por partes… no quiero dormir empapado —le dijo y estrujó su camisa para luego estirarla cerca del fuego —Deberías hacer lo mismo.

—Si, claro —dijo irónicamente —¿Y qué voy a ponerme mientras tanto?

—Te puedes envolver con la toalla que acabo de darte o si quieres te improviso un pantalón con una de las sábanas.

El castaño se mordió los labios. Quería girar para mirarlo pero no se animaba… ¡Por dios! ¿Cómo podía un hombre ser tan perfecto?, se armó de valor y giró su cabeza para mirarlo sobre su hombro. Él estaba sentado, con la toalla alrededor de sus anchos hombros. Miraba fijamente el fuego, pero de repente levantó la mirada hacia él.

—Voy… voy a sacarme la camisa —le dijo él

—Pero… no mires.

—Stiles, por favor... ambos tenemos lo mismo.

—Yo no soy  musculoso como tú, no tengo un buen cuerpo—murmuró bajito.

Él evitó sonreír, pero sus comisuras se elevaron sin permiso. Sin decir nada comenzó a girar hasta darle la espalda.

—No voy a mirarte, lo prometo —dijo mientras alzaba una mano.

Stiles se puso de pie y dejó la toalla a un costado. También se dio la vuelta, no quería mirarlo mientras se sacaba una parte de la ropa. Trató de hacerlo rápido, pero sus nervios lo estaban traicionando. Logró quitarse la mojada camisa y la estrujó lo más que pudo.
Derek escuchaba uno y cada uno de sus movimientos con mucho cuidado. En ese momento estaba terminando de estrujar su playera. Entonces la curiosidad lo embargó. Tenía que mirarlo un poco… solo un poco. Lentamente comenzó a girar la cabeza, hasta tenerlo en su línea de visión. Su corazón comenzó a latir con fuerza al ver que estaba de espalda… era la espalda más ‘suave’ y llena de lunares que él había visto. Su piel era blanca y el fuego hacía un raro juego de luces contra él. Lo observó detenidamente, no había ninguna imperfección en él. Vio como su piel se erizaba, él tragó saliva. Tenía que dejar de mirarlo, pero se le estaba haciendo imposible.

s a l v a j e ; sterek • EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora