s a l v a j e ; sterek • EDITANDO•

➻t r e i n t a y n u e v e

Él salió del baño luego de haberse dado una merecida ducha. Realmente estaba agotado y lo que necesitaba era tirarse a dormir, por lo menos una hora. Miró la hora en el reloj de pared y marcaban las dos de la tarde. ¡Qué rápido que pasaba la hora!

Luego de haber dejado a Stiles en la puerta de la casa, se había dirigido a las caballerizas, había acomodado a White y se había puesto a trabajar un poco con un par de sus compañeros. Luego su panza había gruñido del hambre y decidió dejar sus tareas para otro momento. Su cuerpo estaba pidiendo a gritos parar por un par de horas.

Se dejó caer en la cama, luego de ponerse un pantalón cómodo para dormir. Hacía algo de calor, así que había olvidado la playera. Colocó los brazos detrás de su cabeza y miró fijamente al techo. Enseguida él llegó a su mente…

En ningún momento Stiles había salido de sus pensamientos. Constantemente recordaba cada beso y caricia compartida y se estremecía como un niño. Sonrió divertido. Stiles tuvo razón en decirle que iba a pasar todo el día pensando en lo que pudieron haber hecho si se quedaban…

Dos suaves golpes llegaron a la puerta. Él se incorporó y dio el permiso para que entraran. El castaño se asomó y él sonrió abiertamente.

—Estaba pensando en ti… —le confesó.

Stiles sonrió tímidamente e ingresó del todo. Cerró la puerta con cuidado y se acercó lentamente a la cama. Se iba a sentar en la silla que allí estaba, pero Derek fue rápido y lo tomó de la cintura para sentarlo sobre su regazo. Pudo notar que había algo raro en el castaño, ya que su expresión era algo seria.

—¿Estabas por dormir? —le preguntó él dulcemente y le acarició el rostro, para luego acomodar un poco sus cabellos.

—Solo estaba descansando el cuerpo —respondió él. Stiles evitaba sus ojos. Miraba su boca, su nariz, su frente… pero no sus ojos —¿Qué sucede?

—Tengo que decirte algo…

—¿Qué cosa? —inquirió algo preocupado.

Stiles sonrió y entonces le plantó un largo besó en los labios. Era un beso simple, sin necesidad, pero con amor. Separó sus bocas y volvió a jugar con su pelo.

Pero él no se conformó. Le tomó el rostro con una mano y lo posicionó a su comodidad, para luego capturar su boca y besarlo a gusto. Stiles suspiró y le rodeó el cuello con ambos brazos, acercándolo a él hasta casi ahogarlos a ambos.

Cuando se alejaron, ambos luchaban por encontrar un poco de aire que llenara sus pulmones. Derek le acarició el cuello, subió hasta sus mejillas y tocó sus labios húmedos.

— Derek…

—No quiero escuchar si es algo malo.

—Pero no es algo tan malo.

—¿Lo es? —preguntó.

—No… no lo sé.

—Entonces, de verdad, no quiero saberlo, Stiles…

—Pero… Der…

— Stiles …

—Solo…

—No…

—… escúchame…

—… necesito…

—… por un segundo…

—…saberlo…

—¡Debo irme a la ciudad hoy mismo! —elevó un poco más su voz sobre la de él.

Derek se quedó mirándolo fijamente. ¿Qué es lo que él acababa de decir? No, no podía ser verdad. Sacudió la cabeza y lo miró bien.

—¿Qué dijiste?