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— Su madre... falleció...—su voz se cortó de solo recordarlo, a mi parecer— N-no sabes lo arrepentido que estaba yo...

— Pero tú no conducías.

— ¡Lo sé, pero...! P-pero mi padre le echó la culpa a esa mujer... la policía le echó la culpa a la mujer... Ella murió y Hit fue muy... muy expresivo. Enserio yo no quería que pasara... Pero me da miedo de siquiera contarle que soy hijo de quien mató a su madre... y volver a escuchar lo de ese día dirigido a m-mi.

— Vaya... —Quería decir más, lo juro. Pero es lo único que lucía apropiado y menos nefasto.

— Quería intentarlo otra vez... Pero te metiste en esto y lo acepté... Porque Hit lucía bastante... ¿feliz? ¿relajado?

Le abracé y él se recargó en mi hombro.

— No solo quiero pedirle perdón... —murmuró— Que fuéramos algo más sería un sueño hecho realidad... Pero si él está bien con otra persona, igual no tengo tantas opciones...

— Bien, ya sé cual es el drama aquí. Pero antes de que yo diga algo, te deseo suerte... —palmeé su hombro y me observó extrañado, con los ojos cristalinos y las mejillas húmedas.

Suavemente me separé de él y le señalé detrás suyo. Así Hit pudo ver que Kyabe la estaba pasando muy mal. Y aunque me gustaría mucho saber como terminará todo esto, no lo creía propio quedarme a curiosear en cosas que no me involucran.

Me levanté y caminé hasta Hit, deteniéndome y deteniéndole el paso.

— No seas imbécil, ¿bien? —dicho eso, continué mi camino.

¡Quería voltear, era algo emocionante como se tornaba la situación! Pero pude deducir que todo resultó bien cuando escuché que Kyabe reía y le repetía lo mucho que lo amaba a lo lejos.

Dreams! |TERMINADO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora