Capítulo 10 - Javi

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Esa mañana me desperté bastante tranquilo. Al principio no reaccioné, pero luego me resultó extraño haberme despertado así y no sobresaltado por el maldito despertador. Pero claro, la cosa es que no existían los malditos relojes con despertador en Lapurna, por lo que a Thonolan y a mí se nos pasó la hora. Salté de la cama como un loco y pegué tal grito que se despertó al instante. Los dos echamos a correr hacia clase. De repente, me vino un recuerdo de la tierra en el que corría por un pasillo larguísimo con la maleta y un compañero, pero por desgracia, ese recuerdo no fue a más y no pude recordar de qué se trataba exactamente. Al menos, me reconfortó el ver que seguía recordando. Cuando llegamos a clase, Kirtash nos lanzó unas cuantas miradas asesinas pero por suerte, ahí estaba Ned para relajarlo, y gracias a él no nos llegó a echar la bronca.

-Vale, como ya estamos todos,- hizo una pausa y nos lanzó una mirada acusadora a Thonolan y mí antes de continuar- voy a empezar la clase. Os voy a intentar enseñar a usar vuestro poder básico- dijo recalcando la palabra intentar-. Es bastante más complicado que una simple esfera, así que no os agobiéis si no os sale a la primera. De hecho lo que realmente es difícil es poder controlarlo sin que nadie acabe herido o muerto, no crearlo en sí.

-Oye, pero ¿eso qué es?- preguntó Eider

-Básicamente, es lo mismo que una esfera de poder pero bastante más fuerte- respondió Conrado.

-Realmente, es la representación de nuestros poderes a un nivel más alto que el de las esferas, pero no son como ellas, así como hay pueblos en los que sí que se parecen los efectos que producen las esferas y el poder, hay otros en los que son completamente diferentes.-

-Exactamente Joplaya -afirmó Ned-. Por ejemplo, el pueblo del fuego expande una llamarada muy similar a su esfera, pero, gracias a la telequinesis Dalanar es capaz de controlar todos sus objetos en un radio de 10 metros, lo que es bastante diferente de la levitación a un par de centímetros, ¿no?- con ese comentario sonrió y pareció que sólo hablaba a Eider. Ella debió darse cuenta porque apartó la mirada y se puso roja.

-Eh, ¿puedo mover cosas?- preguntó entusiasmado Dalanar.

-A ver, tu pueblo es el de la telequinesis. Sería un poco extraño si no pudieras mover cosas con la mente-. se burló Joplaya.

Mientras Dalanar le gruñía, Kirtash siguió con la clase.

-A algunos de vosotros se os hará fácil usarlo e incluso controlarlo. Pero probablemente no lo conseguireis las primeras veces. Si eso os pasa, es porque no estáis suficientemente concentrados en usarlo o porque no confiais en vosotros mismos. Así que deberéis practicar para intentar buscar la forma de conseguir...- de repente paró y empezó a mover los brazos de manera muy rara, se puso a saltar y luego también a rodar por el suelo.

-Ya veo que ya lo has conseguido Dalanar -.Se rió Ned.

En ese instante, crecieron plantas de todas las esquinas, las cuales agarraron a Thonolan y lo elevaron hasta el techo. También salieron desde Joplaya litros y litros de agua que inundaron la habitación entera y Conrado invadió el cuerpo de Eider para meterse en dedo en la nariz.

-Parece ser, Kirtash, que no es tan difícil ¿no? ¡O eso o todos ellos son unos prodigios! - se rió Ned.

Cuando Eider fue a intentarlo, no consiguió crear el supuesto rayo de luz que debía crear. Y aunque lo siguió intentando no consiguió nada. Empezó a frustrarse pero Ned le dijo que la ayudaría y se fueron de la habitación juntos.

Llegó mi turno y la primera vez que lo intenté solo conseguí crear una esfera. Así que la siguiente me concentré en la llamarada y la visualicé en mi cabeza. Entonces, conseguí que saliera fuego de mis manos, pero se me descontroló y quemé un par de libros y una silla.

Lapurna - Las Tierras TectónicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora