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-Mi pequeña! Debes ser muy buena! Esperamos que nos llames todos los días, luego de tus clases, para saber cómo estas- Le decía entre lágrimas Linda Scotch, la madre sobreprotectora y amorosa de Marjorie. La abrazaba y besaba. Su padre también estaba emocionado. Su única hija se iba becada para ser bailarina. Nunca se había sentido tan orgulloso de su princesa. Ciertamente ser estrictos con ella fue fundamental para lograr sus metas. Pero estaba triste sin su princesa, su casa iba a estar muy vacía.

-¡Lo haré mamá, papá! – dijo la pequeña con ojos cristalizados. -Ya tengo que abordar el avión-

-Marjorie- llamo el Sr. Scotch.

-Si señor?!-

-Eres nuestro tesoro, estamos muy orgullosos de ti, pero debes cuidarte mucho- Le dijo su padre de manera seria, mientras unas lágrimas se deslizaban por sus ojos. -No hagas locuras y brilla, princesa-

Marjorie sintió como los brazos de su padre la envolvían y tuvo deseos de quedarse con ellos. Pero era su sueño e iba a cumplirlo -Lo haré, papá!-

Cuando ya iba a camino a la sala de embarques del aeropuerto, escuchó una voz muy conocida.

-Butters!- La rubia volteó y encontró a Eric Cartman. Él estaba acompañado por su madre.

-Eric!- Sonrió Marjo mientras se acercaba -Vienes a despedirte de mi?-

-Ni te creas tan importante, roñosa!- respondió rápidamente -vine a asegúrame que tomes ese avión para no tener que soportar que me rompas las bolas-

En el idioma Cartman, eso era lo más cercano que Marjorie iba a recibir como preocupación de parte de Eric. Así que sonrió y lo abrazo. -Gracias por preocuparte por mi Eric, eres un excelente amigo-

Ese momento era el del nuevo rechazo, esperaba que su amigo regordete la tirara lejos, con el asco que siempre tenía con todos. Pero, sorpresivamente, seguramente por ser sábado, o quizás por ser una despedida en el aeropuerto, quizás porque las presidenciales salieron como deseaba... Eric le devolvió el abrazo.

Luego de eso, se miraron un momento y Cartman le mostro su mano. -Tu celular- exigió.

-Qué?-

-Butters! No me rompas las bolas! Pásame tu celular ahora- le exigió con más fuerza. Marjorie le paso su dispositivo sin saber que iba a hacer.

Tomo el dispositivo, abrió la parte trasera y saco el chip telefónico. Sacó de su mochila otro, lo puso en el dispositivo y se lo devolvió a Marjo.

-Eric, por qué?- Consultó la rubia, sin llegar a comprender las acciones de su amigo.

Cartman dejo salir un sonoro suspiro y miró a la pequeña con su cara patentada de "tu jamás entiendes nada, verdad?"-Butters, ahora tienes otro número telefónico. Les di tu nuevo número tu familia. Yo también lo tengo. –

-Pero Eric, si ya no tengo el teléfono, ninguno de mis amigos podrá contactarme...- dijo con una mueca triste.

-También le di tu teléfono a tus amigos: las mierdillas peliroja y rubia.- le dijo mientras rodaba los ojos. Luego tomo aire y agrego: -Como no veo al pobre, asumo que las cosas cursis y de mierda que ideó tu cabeza salieron como el culo. Así que toma esto como una nueva oportunidad-. Marjorie sonrió tristemente.

-Eric, tu siempre supiste que no tenía ninguna oportunidad, verdad?-

-Claro que si, tú jamas has tenido ninguna oportunidad... Y aun así te vas a cumplir tu sueño- Le dijo Eric Cartman con una gran sonrisa. -Ahora vas a poder buscar a alguien que valga la pena, porque yo no voy a estar para resolverte la vida-.

Es cierto, era su oportunidad, las personas que siempre la han apoyado estaban despidiéndola y deseándole éxito en su aventura. El pasado iba a quedarse allí. Y con esa nueva determinación, tomó su bolso y empezó su viaje a Denver.

Bunny - Lo que callamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora