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"El número que ha discado no se encuentra disponible" Kenny deseaba profundamente poder darle un puñetazo a la contestadora que le decía eso continuamente. Habia tratado de comunicarse con Marjorie desde hace 2 semanas, sin éxito. También visitó su casa, donde no tuvo respuestas de sus padres. Como último recurso se encontraba hoy frente a la puerta de su mejor amigo.

A pesar de conocerse de toda la vida, la relación de amistad que tenia con el gordo de Cartman era un poco inusual. Los amigos deberías ser buenos entre si y apoyarse... pero en este caso lograban congeniar para hacer estupideces divertidas, pero en cosas importante no eran el mejor recurso. Regularmente, las cosas desagradables las guardaban y resolvían ambos de manera independiente. Salvo cuando Kenny enfermaba de gravedad en su juventud, en esas ocasiones llegaba Eric. Quizas por compasión obligada, pero se quedaba hablando necedades y haciéndolo reir hasta que se volvía a dormir.

Si, no eran malos amigos... Pero había cosas que no compartían. La relación con la pequeña rubia era un tema delicado para ambos, aunque jamas lo habían discutido. Era sabido.

Cuando eran pequeños, Eric Cartman aceptó a Marjo como el reemplazo de Kenny, mientras el original estaba recuperándose de su enfermedad en el hospital. Al mejorar, Marjo fue desplazada por el "original" en el grupo, pero Eric seguía saliendo con ella (evidentemente, como segunda opción, luego que sus amigos regulares se enfadaran con él). Regularmente para hacerle bromas pesadas y obligarla a ser su apoyo para planes estúpidos (aunque divertidos). Eso encendió los celos de Kenny. Puede que el gordo fuera egoísta, tragón y malvado, pero era su mejor amigo, mucho antes de que esa mocosa llorona entrara a su grupo. Tenía que ponerla en su lugar.

El primer encuentro con Marjorie se dio en el pórtico de su casa. La idea era simple, pero letal: tirarle el cabello, y hacerla morder el polvo de manera literal. Primero, porque tenía que darle una lección de cual era su lugar y segundo, se imaginaba que seria divertidísimo ver a esta mosca muerta llorando con su vestido sucio de tierra. Probablemente la castigarían. Era sabido de que a ella la castigaban por todo.

Kenny espero pacientemente a que saliera. Como era de esperar, no era muy listo de pequeño, por lo que la espero a la entrada de su casa. Por ello, pudo ver como se movía el pomo de la puerta. Ansioso, empezó a mover las piernas, liberando un poco de tensión, antes de ejecutar su plan maestro.

Pero todo se fue al carajo. Cuando encontró un par de ojos celeste encontraron a los suyos y le sonrió.

-Hola Kenny!-

Realmente parecía un estúpido. O quizás eres estúpido de manera real y fidedigna. No hubo empujon ni polvo. Solo hubo un niño de cabello rubio trigueño embobado mirando a Marjorie.

Al no obtener respuesta, ella empezó a titubiar:

-Te gustaría pasar? Podemos jugar en mi cuarto-

Kenny volvió a la realidad y solo asintió con su cabeza. Desde ese momento se volvieron amigos.

Luego de rememorar el inicio de su relación con Marjorie y sabiendo que no iba a ser un encuentro agradable, tocó la puerta.

-Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- se escuchó el grito de su mejor amigo -La puerta!-

Bunny - Lo que callamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora