Bunny - Lo que callamos

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Su casa era pequeña, descuidada y frágil, pero en su interior estaba sus dos hermanitos menores. A pesar de las dificultades, Kevin logró acabar la secundaria y conseguir un puesto fico en el supermercado de South Park. No era un gran salario, pero le permitía estabilidad y podía llevarse diversidad de alimentos dados de baja (básicamente, los saldos que nadie quería, podían llevárselo los trabajadores).

Gracias a él, tanto Kenny como Karen pudieron ir a la escuela primaria sin tantos contratiempos. Él pudo apoyarlos con la compra de todos los elementos que no otorgaba su ayuda gubernamental. Esto tramites los tuvo que realizar él a temprana edad, ya que sus padres permanecían drogados la mayor parte del tiempo.

Kevin era el padre de sus hermanos, el único apoyo financiero real de la casa y el que ponía comida en la mesa. También tenía el rol de autoridad, ya que obtuvo la patria potestad de sus hermanos a los dieciséis años (fue una excepción que se permitió al no haber familiares directos que pudiesen ser sus tutores, y al encontrarse las casas de acogidas de la ciudad sin capacidad para recibir más personas). Todo esto siendo él apenas unos años mayor que Kenny.

Quizás por ello era más comedido y observador que sus hermanitos. Por eso él se dio cuenta de los sentimientos de su hermano mucho antes que Kenny. Gracias a una casualidad se encontró con el interés de su hermano, Marjorine Scotch.

¿Desde cuándo inicio todo eso? Quizás desde siempre. Kenny no tenía mucha afinidad por la gente. En general le daba miedo. Por toda la experiencia del abandono, solamente se abría un poco con él, pero con nadie más. Era simpático, pero jamás mostraba debilidad o sus pensamientos reales a nadie.

A veces lo escuchaba cuando se reunía con sus amigos, solo charlas superficiales, muchas risas y aventuras de niños... Pero solo eso, no había una conexión profunda. Sólo con Eric Cartman logró una amistad real, quizás porque compartían la falta de padre lograron entenderse.

Por eso, cuando se recuperó de su enfermedad y pudo volver a casa, sintió muchos celos por la nueva amiga que tenía Eric. Por primera vez Kevin vio a su hermano ser la reencarnación de los celos. Y aunque le explicó que no estaba bien ser celoso con los amigos, su hermanito era muy pequeño... así de decidió ir a darle una lección a la extraña.

Como buen hermano mayor protector de su hermano, lo escoltó hacia la casa y se quedó atrás mirando, por si acaso tenía que salvar a la victima de su hermano. La idea era estar preparado para lo peor.

¿Qué pasó? Kevin no lo sabe, pero vio a la distancia a Kenny tocando el timbre, con una pose amenazante. Luego, se vio una figura pequeña. Era una niña que lucia igual a una muñeca.

Kevin se apresuró a la puerta, porque si Kenny la golpeaba iba a ser todo un drama. Pero nada lo había preparado para lo que vio.

Allí estaba su hermano mudo, con el rostro sonrojado, mientras la niña le tomaba la mano para conducirlo hacia su casa. Ella miro a Kevin y le explicó que quería jugar con él.

El hermano mayor nunca había visto al pequeño sin palabras, si alguien trataba de tocarlo, recibía mínimo un par de insultos... pero dócil y obediente, entró a la casa.

Después de ese evento, no podría recordar cuantos más vio. Kevin y Karen veían a la distancia como Kenny era atraído por esa pequeña rubia. La seguía siempre que podía, si necesitaba algo, la ayudaba: si quería algo, buscaba la forma de conseguirlo. Por el otro lado, ella era parte de la familia. Siempre cooperaba con cosas para el hogar, a veces cocinaba con Karen y otras ayudaba a Kenny con la tarea.

Pero llegó la adolescencia y Kenny tomó decisiones. Decidió trabajar para apoyar a su familia, lo cual fue bueno. Y decidió disfrutar intensamente de su sexualidad, lo cual no fue tan bueno. Porque perdió a su persona favorita.

Por eso Kevin le regaló una historia a Marjorine ese día distante. Tenía cientos de momentos en que su hermano moría de amor por ella, pero esos quizás se los iría revelando en el futuro, si Kenny lograba volver a conmoverla.