11

1K 94 17
                                    


Llegó a la casa de los Scotch. Sabía que no era muy bienvenido a la casa de Marjorie, el Sr. Scotch lo detestaba, quizás por su pobreza, quizás por los rumores de ser un gigolo... pero de todas formas tocó la puerta, quería hablar con Marjo y arreglar la situación. Sabía que Marjo era una excelente persona, siempre había visto más allá de sus circunstancias y de sus malas decisiones y, seguramente, si le decir que lo sentía mucho, iba a perdonarlo.

Nada se movía, parecía que no había nadie en casa. O quizás solo estaban durmiendo. Los scotch durmiendo un sábado en la tarde... no parecía nada lógico. Insistió una vez más.

Se sentó en el pórtico de la casa. Sabía que en algún momento iban a llegar y que podría decirle a Marjorie que sentía mucho haber olvidado su... cita? Habia sido una cita? Porque juntarse un chico y una chica un viernes en la noche seria considerado por cualquiera como una cita de adolescente... Marjorie quizás pensó de esa manera. Kenny cubrió su nariz con ambas manos y respiro profundo.

No sabia como podía ser tan imbécil. Claro que era una cita. Porque Marjorie Scotch era muy seria y le había pedido una reunión con él en su casa un viernes después de su turno. Se había puesto un vestido blanco (recordaba que se lo había dicho su hermano) y trajo pastelitos. Sus pastelitos favoritos. El vestido que él le había dicho que le quedaba fantástico. Definitivamente era una cita.

Una cita desafortunada, donde uno de los miembros decidió tener sexo con otra, mientras su cita lo esperaba.

Kenny Mccormick jamas se había sentido tan ansioso por algo como esto. No eran novios, pero quería disculparse. Queria verla a los ojos y decirle que... Que quería decirle exactamente?

-Soy un imbécil- declaró derrotado.

Espero cerca de 3 horas. Pero nadie aparecía. Quizás ese día había salido de paseo. A veces hacían picnic. O tal vez fueron a casa bonita. Decidió que iba a hablar con ella el lunes. Era tiempo más que suficiente para que se le pasara el enojo y la indignación. Y podrían volver a su amistad casual de siempre. Si, ese era el mejor plan. Pero por que no dejaba de dolerle el pecho? Por que sentía que esa sensación no iba a irse por un buen tiempo?

Bunny - Lo que callamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora