capítulo 7

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Pov Narrador 

Después de esa pequña platica comenzaron a caminar de nuevo.

Caminaban a la par, mientras la hermana Elizabeth veía con asombro y felicidad el pueblo, Meliodas solo mantenía la vista relajada al frente, con los brazos en su nuca, y observaba cada cosa que la albina le señalaba.

Todo estaba en calma hasta que a ella le surgió una pequeña duda.

- Sir Meliodas- él la volteó a ver.

- Si dime- contestó calmadamente.

Dio una pequeña risa.

-Por lo que he notado, usted es muy conocido por las mujeres de aquí- lo volteó a ver con una sonrisa juguetona- ¿No me diga que es usted un muejerigo?

Él sonrio de manera divertida.

- No soy un mujeriego, aunque esas mujeres al parecer si quieren que lo sea.

Ella inclino su cabeza a un lado sin entender.

-Lo que pasa es que hay ocasiones en que ayudo mucho en este pueblo, para ser más específicos soy quien saca a los criminales de aquí.

Ella volvio a sonreir.

-Ahora comprendo mejor, normalmente a las mujeres nos atraen los hombres fuertes y sin miedo- dio una risa delicada- aunque, si me preguntaran, preferiria conocer a esa persona, los mejores hombres son aquellos que tu misma decubres con el tiempo.

Él rió.

-Estoy de acuerdo aunque en mi caso es con mujeres.

En otra parte

Pov Mael

Recargue mi espalda en el asiento de mi oficina y di un gran suspiro.

Por fin termine, estar con estos papeles todos los días me estresa mucho.

Por lo menos ya puedo darme un pequeño descanso. O eso fue lo que creí hasta que escuche a alguien tocar la puerta.

-¡Adelante!

-Buenas tardes Mael.

Me sorprendí un poco al ver a Ludociel aquí, aunque tambien me preocupa.

Cuando me visita siempre son por unicamente dos cosas.

O viene para hablar un poco de la familia o para comunicar algo malo.

Y por su cara y las cosas que estamos pasando, es más que evidente que no se trata de una charla tranquila.

-Toma asiento Ludociel- se acercó y se sento frente a mi quedando cara a cara- ¿Y ahora qué?

Pregunté con desdén mientras pasaba mis manos por mi rostro.

-Queria preguntarte ¿donde está la hermana Elizabeth?

Me sorprendio un poco su pregunta, él deberia saberlo.

-En donde acordamos, con la madre Teresa en Danaford.

Él suspiro pesadamente.

-Tienes que ir con ella.

-¡¿Eh?!- abrí mis ojos como platos-¿Por qué?

-Solo hazlo.

-No me des ordenes así, te das cuenta que si voy ella pensara que no confiamos en ella .

-No importa, tienes que ir a vigilarla ahora.

Devolvi la mirada con el seño fruncido.

-Si y una vez que ella me vea, ¿qué le digo? o ya se "Oooh hermana Elizabeth vengo con usted porque nos dimos cuenta de que usted no sirve para esto"- dije eso haciendo expreciones exageradas.

El octavo pecado (meliodas x elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora