capítulo 11

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Pov Elizabeth

Volvimos a la taberna después de un rato.

El entró a ponerse una camisa y yo me quedé afuera con Noroi, me senté en una roca mientras acariciaba su cabeza.

Comenzé a pensar.

Estoy un poco confundida, en el brazo izquierdo de Sir Meliodas tenía una marca, como un dibujo.

Si lo ví bien era un poco raro, parecía la figura de un dragón rojo comiéndose su propia cola, era algo inusual.

Pero lo que más raro es que siento que ya hé visto eso antes, en algún lugar, pero ¿En dónde?

Puede que en algún libro, no lo sé.

-¿Te encuentras bien?

-¿Eh?- Levante la vista.

-Oh Sir Meliodas, lo lamento mucho- Gire mi cabeza avergonzada- No me di cuenta de su presencia.

-No te preocupes, soy igual que tu, ya me acostumbre.

Reí.

Bueno, eso me alivia un poco.

-Continuamos con nuestra caminata.

-Si claro.

Me levanté, Noroi se fue a la parte trasera de la taberna, parece que no quiere caminar después de todo.

Llegamos al pueblo, caminábamos lado a lado como la primera vez. Nunca me cansaré de este lugar es hermoso y muy tranquilo.

La gente es muy amable y pasiva, me relaja bastante.

Después de un rato de estar caminando, un lugar llamó bastante mi atención.

Parecía que era una especie de tienda de reliquias antiguas.

Iba a comentarselo a Sir Meliodas pero.......

Un carruaje pasó frente a nosotros.

Iba al bosque.

Aparentemente se dirigía a la iglesia.

-¿Qué hace un padre aquí? ¿Creí que la misa ya había terminado?- dijo Sir Meliodas cruzándose de brazos.

Note que en la parte trasera del carruaje había una cruz, eso significa que, efectivamente era un padre pero..... ¿Qué esta haciendo aquí?

La tienda de antigüedades puede esperar.

Al parecer Sir Meliodas notó que es lo que quería.

-¿Quieres que te acompañe?

-Si no le es molestia.

-Para nada, venga vamos.

Nos dirigimos rápidamente a la iglesia.

Al ya estar cerca, me di cuenta quien era el padre.

Me sorprendí mucho.

¿Qué hace el padre Mael aquí?

-¿Lo conoces?- me miro con sus manos entrelazadas en su nuca.

-Si, es el padre de la iglesia de la que vengo, aunque no entiendo que hace aquí.

-No no lo sé, pero te aseguro que estando aquí parados no tendremos repuesta alguna.

-Eso es verdad.

Nos acercamos al padre Mael que estaba platicando con la madre Teresa y el señor Queing.

La madre Teresa notó nuestra presencia provocando que todos voltearan a vernos.

-Buenos día padre Mael ¿Qué hace aquí? ¿Ocurrió algo?- pregunté un poco asustada.

El octavo pecado (meliodas x elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora