capítulo 8

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Pov Narrador

-¿Capitán?- preguntó confundida la albina.

-Hola madre Teresa- dijo él, mientras alzaba una mano y la movia en forma de saludo- cuanto tiempo sin vernos ¿no lo cree?-soltó una risa divertida.

-Si la verdad si- camino hasta ellos- No me esperaba en absoluto verlo por aquí.

-No tenía idea que conocía a Sir Meliodas- dijo la hermana inclinando un poco su cabeza- Aunque, bueno el que él sepa su nombre desde que lo conocí y sin mencionar que este pueblo es pequeño, también el hecho de que sea la única mujer en esta iglesia.

Ella río, y ambos posaron su mirada a ella.

-Lo conozco desde hace mucho tiempo atrás, incluso antes de que me convirtiera en madre.

-Oh ¿enserio?-preguntó con asombro.

-Sí, pero esa es otra historia-fijó su mirada en él-¿Qué lo trae por aquí?

-Solo acompañe a la hermana Elizabeth aquí- dijó mientras que posaba sus brazos sobre su nuca de manera relajada.

-¿Y, por qué?

-Nos encontramos por casualidad, le mostre un poco el pueblo hasta que oscurecio.

-No medimos el tiempo, de verdad que lo siento.

-Como estaba muy solo el lugar, decidí acompañarla para que no le pasara nada.

-¿Estás seguro?- preguntó la castaña entrecerrando los ojos, a modo de interrogatorio.

-Sí, completamente seguro.

-No habras hecho algo que haya sobrepasado los límites ¿verdad?

-Puedes estar tranquila Teresa, no hice nada- dijo alzandose de hombros, mientras ponía ahora sus manos en los bolsillos de sus pantalones- bueno me encantaría estar con ustedes más tiempo charlando, pero ya está oscuro, así que debo de ir a descansar.

Ella suspiro.

-Bueno, me agrado verte, aunque muy poco tiempo, nos volveremos a ver capitán.

-Sí claro, de eso no dudes.

Ambos se vieron fijamente, mostrando una mirada desafiante, como si estuvieran esperando que alguno de los dos atacara en el acto, para comenzar una batalla y no de las más amistosas que se pueda decir.

Una voz, un poco temerosa rompió el incomodo momento.

Ambos voltearon a verla.

-Bu-bueno, creo que deberiamos dejar a un lado esto, al menos por hoy ¿no... lo creen? ya esta oscuro, y.. deberiamos descansar los tres.

-Si, bueno Elizabeth hay que irnos a dormir, sera un día algo pesado mañana- mencionó Teresa, comenzando a caminar directo a la casa detrás de la iglesia.

Cuando desaperecio de la vista de Meliodas y Elizabeth, ella dio un suspiro.

-Me encantaría saber si ustedes se llevan bien o no pero... Se que eso no es asunto mío- sonrío y volteo a verlo, mientras se acercaba a él.

-No es eso, es algo complicado de explicar- se rasco la cabeza- pero tiene algo que ver contigo en cierta forma.

Ella abrío los ojos de sobremanera.

-¿Co-conmigo?pe-pero ¿Por qué?

Él sonrío y le devolvio la mirada.

-Nada solo ignorame, lamento que hayas tenido que ver eso- dijo mientras se cruzaba de brazos, y ponía rostro pensativo.

El octavo pecado (meliodas x elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora