El octavo pecado (meliodas x elizabeth)

capítulo 5

Pov Elizabeth.

Me encontraba en un lugar obscuro y siniestro, no escuchaba absolutamente nada, solo mis pisadas y mis gritos de desesperación al encontrarme sola.

Seguí caminando por un buen rato, hasta que al fondo visualice una pequeña luz blanca bastante brillante. Me acerque a paso veloz, estaba a punto de alcanzarla, pero otra luz más brillante me cego mi vista, cerré los ojos por instinto y al abrirlos me encontraba frente a una puerta.

Pero..... tenía unos símbolos muy extraños.

Quería abrirla, descubrir lo que había adentro, necesitaba saberlo, pero... mi miedo a saber lo que estaba detrás me ganó, tenía curiosidad si pero miedo también, aún sin saber el porque. 

Di unos pasos atrás, cuando deje de sentir el suelo y comenze a caer, solo a caer, a pesar de eso no me asuste, me dejaba llevar por completo sin saber porque.

"Está sensación la conozco" 

¿Por qué la conozco? ¿Qué es esto? ¿Miedo? ¿Adrenalina? ¿Por qué la conozco pero no la distingo?

Comenze a escuchar susurros a mi alrededor, pero eran tan inaudibles para mi, no tenía ni idea de que decían, pero lo que si sabía es que eran gritos de pánico.

Antes de caer escuche una voz tan conocida y a la vez tan lejana.

- ¡¡¡ELIZABETH!!! 

¿Quién eres? ¿Por qué me conoces? ¿Por que yo me llamas? ¿por qué a mi?

¡¡¿QUIÉN ERES?!!

Me desperté con un sobresalto en la cama, trataba de regular mi respiración colocando una de mis manos en mi pecho.

¿Qué significa eso? ¿Quién era esa persona que gritaba mi nombre? ¿Y esas voces?

Toqué mi frente, al parecer estaba sudando.

Me quedé unos minutos más en la cama, depués de haberme relajado un poco, me levanté y me dirijí al cuarto de baño para asearme, necesito una ducha, además hoy tengo que partir en direccion a Danaford.

Después de asearme, vertirme y limpiar mi habitación, salí de está, no quiero comentar nada de mi sueño a nadie, no creo que signifique algo, solo una pesadilla o algo así.

Me encamine al jardín quiero un poco de aire fresco.

Pov Narrador.

Cuando Elizabeth llegó al jardín se encontró con el padre Mael, el cual estaba platicando con un señor de baja estatura y de una avanzada edad, no quería interrumpir así que estaba dispuesta a alejrase.

El padre se dio cuenta de su presencia y antes de que ella pudiera siguir su camino, él la detuvo con una seña para se acercara, ella así lo hizo.

- Buenos días hermana Elizabeth.

- Buenos días padre y buenos días señor- hizo una pequeña reverencia.

- No hace falta tanta formalidad hermana, no soy un rey o algo por el estilo para que tenga que hacer eso- comento el señor con una sonrisa.

Ella dio una pequeña risa.

- Aún así, no hace falta que sea de la realeza para que le demos un devido respeto- comento ella con una sonrisa.

- Al parecer no se equivocaba padre, ella es una jovencita encantadora, aunque de solo averla visto, uno se da cuenta- dijo el señor mientras ponía sus manos posaba sus brazos en su espalda.