capítulo 21

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Pov Elizabeth

Cuando salí del bar de Sir Meliodas, me dirigí al bosque, en dirección a la iglesia.

Específicamente al jardín de la iglesia.

Mi mente rondaba una y otra vez con el sueño, además de la guerra santa, otra cosa que me ponía nerviosa era el hijo del rey demonio.

Se que la guerra pasó hace ya más de tres mil años, pero si él era hijo de un dios, supongo que es bastante probable que aún esté con vida, si es así.......

Pero siendo alguien de ese rango.......

Suspiré.

No creo que esté con vida, si él era tal y como lo describió esa voz, es muy probable que ya esté muerto.

Después de todo, hubiera una masacre si el socorra con vida, era algún sanguinario ¿No?

Camine un largo rato, unos cuantos minutos de más ya que andaba en pasó lento.

Cuando llegue al jardín, encontré a precisamente quería encontrar.

-¡Señor Queing!- alcé mi brazo y aire mi mano sobre mi cabeza para que me notará.

A pesar de estar solo él y yo.

Pov Queing

Escuché que alguien me llamaba.

Me gire y vi a la hermana Elizabeth.

-Buenos días hermana Elizabeth- le contesté con una sonrisa.

Ella se acercó a mi.

Ahora que la veo, ya tiene un mejor aspecto, me alegro mucho.

-Buenos días Señor Queing, que bueno encontrarlo- sonrió inclinando su cabeza.

Me recargue en el rastrillo que estaba usando para barrer las hojas.

-Dígame hermana ¿En qué puedo ayudarle?

-Bueno, es que tuve un sueño- vio a otro lado.

Sinceramente, me pone algo inquieto esos sueños.

Estoy seguro que no son casualidad.

Menos en estos tiempos.

-La escuchó- dije, poniéndole suma atención.

Asintió.

Caminamos para sentarnos en el banco, así estaríamos más cómodos y platicaria con más libertad.

-Vera- suspiró- estaba en una especie de barranco, adornado por árboles en todos lados, de repente una misteriosa voz que nunca había escuchado se hizo presente, me dijo sobre una guerra santa y la traición de clanes, caminaba sin rumbo, me dijo que me ayudaría a entender pero, no entiendo.

Me sorprendí mucho.

Tenía la vista al frente son apartarla.

Mi mente repetía y repetía la misma frase "la guerra santa".

No, esto no puede ser.

-La guerra de hace 29 años- susurré más para que para ella.

Cuando la ví, tenía los ojos muy abiertos y la boca abierta.

Me miraba estupefacta.

-La vo-oz me di-dijo que fue ha-hace tre-tres mil años- me respondió muy entrecortada.

Oh oh, creo que he cometido un error.

Supongo que no tengo escapatoria, de todas formas algún día tenía que saberlo.

El octavo pecado (meliodas x elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora