Capítulo 77 (Ella)

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-Perdona -dije volviendo con una caja negra.

-No se preocupe, está bien -hice una pausa y no sabía si retomar el tema y seguir preguntando o si debía esperar que el siguiera -ummm... ¿Por qué todo salió mal?

Tiempo Atrás

-¡Jesús! -Lourdes corrió hasta donde estaba su esposo y lo abrazó con fuerza antes de que subiera a su avión.

-¿Qué haces aquí? -secó las lágrimas de su mujer -no llores, voy a estar bien, volveré en tres días

-¿Me prometes que vas a volver?

-Si -le dio un beso en la frente.

-Antes de que te vayas quiero decirte algo

-¿Qué cosa?

-¡Estoy embarazada! -dijo con emoción antes de abrazar al piloto.

-¿Hablas en serio?

-Sí -ella sonrió.

-¿Me prometes que si es niña le pondrás Romina como siempre lo hablamos?

-¿Y si es niño?

-Tú elegirás el nombre, ese era el trato ¿no?

-Cuando regreses hablamos mejor de esto ¿si?

-Está bien -le dio un beso a la enfermera.

Tiempo Actual

-¿Romina? -fruncí el ceño -no estoy entendiendo

-Ahora lo entenderás, cuando nosotros y nuestros escuadrones subimos al avión no sabíamos lo que nos esperaba -él me tendió un período viejo -él era la cabeza de la organización que teníamos que desmantelar -suspiré -Jesús lo mató -su voz se quebró -y sus empleados tomaron venganza ¿has escuchado ese dicho que dice ojo por ojo? -lo vi suspirar mientras yo asentía -él murió por una bomba que habían colocado dentro de su avión, esto hizo que se desplomara y él muriera al instante

-¿Y ahí acabó la venganza contra él?

-No, Lourdes estaba esperándote, yo le dije que huyera antes de cualquier otra cosa, que se fuera lejos antes de que su hija naciera, pero ella no quería, trabajaba en el Hospital Militar y la tumba de sus esposo estaba aquí, creo que en parte, eso la ataba, así que decidí cuidarlas a las dos, pero la base militar y las misiones exigían mucho de mi tiempo, por lo cual force a mi cuñada a que se fuera, cuando tú tenías unos cuatro o cinco años se fueron a la Capital, sin embargo, tu madre no se sentía segura, ella sabía que a donde fuera la iban a encontrar

-¿Y por qué no pidió ayuda con el Gobierno? ¿Cambiarse de nombre? Algo así como en las películas

-Lo hizo contigo -la historia comenzaba a cobrar sentido -como te dije tu padre quería llamarte Romina y así fue, él murió pensando que ese sería tu nombre pero no fue así, cuando tu madre te llevó lejos, te registró como Renata -eso me cayó como balde de agua fría.

Sentí una opresión en el pecho y no pude evitar comenzar a llorar.

-Niña, no te pongas así -el que al parecer era mi tío se acercó a mí y colocó una de sus manos sobre mis hombros.

-¡¿Cómo quiere que me sienta?! Si lo único que recordaba, lo único que me pertenecía y sobre lo que nadie tenía control era mi nombre y ahora resulta que todo lo que creía no es verdad, que la persona que creía ser, en verdad es otra ¿cómo quiere que maneje esto?

-Venías en busca de respuestas niña y ahí las tienes

-¿Y cómo asimiló que mi nombre no es Renata?

-Claro que lo es, así te registró tu madre, tu nombre es ese

-Pero su hermano no quería llamarme así, él murió pensando que mi nombre sería Romina, explíquele eso a él -me levanté -¡Ah! No puede ¿verdad? ¡Está muerto! -tomé mi maleta y me dirigí a la puerta.

-¿A dónde vas?

-A buscar un bar -lo miré con los ojos aún llenos de lágrimas -me voy a emborrachar hasta olvidar todo

-Romina -se levantó para intentar detenerme.

-No me vuelva a decir así, mi nombre es Renata -salí de la casa furiosa y caminé sin un rumbo establecido

En el camino unos tipos robaron mi maleta, por suerte el dinero que traía conmigo estaba dentro del bolsillo de mi pantalón.

Recordé que el policía me había pedido que lo llamara, busqué un teléfono público, encontré uno a unas cuadras. Marqué el número.

-¿Hola? -escuchar su voz me hacía sentir aliviada.

-Raúl, estoy bien, llegué hace unas horas -suspiré -creo que volveré más pronto de lo que creía

-¿Estás bien? Te escucho un poco extraña

-Si -sentí como la voz se me quebraba.

-No te oyes bien ¿cuando vuelves?

-Intentaré volver lo antes posible, quiero ver si logro cambiar el pasaje de vuelta -no podría hacerlo, ya que se había ido en la maleta.

-Vuelvo en dos días contigo ¿si?

No pudo contestar, el tiempo de llamada había terminado.

ESTOCOLMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora