Capítulo 109 (Ella)

25 2 7
                                    

Sabía que había pasado un buen rato, podría decir que hasta una hora desde que el hermano de Esteban había salido de la recámara.

-Vístete -escuché a Esteban -vamos a salir, tengo un par de negocios pendientes y quiero que me acompañes

-Estoy golpeada y adolorida ¿en serio quieres que tu socio potencial me vea así?

-¿A caso te va a ver el cuerpo?

-No, pero el rostro sí, te la has pasado golpeándome, tengo moretones, raspones, heridas

-El maquillaje lo va a cubrir

-Cómo sea

Acompañé a Esteban al compromiso que tenía, volvimos a la casa ya bastante tarde y decidimos dormir.
Los días a su lado eran un completo infierno, yo ya no sabía cómo mantenerme lejos de él. Perdí las esperanzas de salir de esto, pero aún no perdía la fe de ayudar a Raúl a salir con vida, a él se lo debía.

-Renata he estado pensando mucho y con el pasar de los días has ido readaptándote, así que te estás volviendo a ganar mi confianza, pero necesito que cuides del policía

-Está bien, yo voy a cuidar de él

-Te voy a tener bastante vigilada ¿okey? No quiero que hagas una tontería

-Si Esteban -hice una pausa -¿puedo ir a comprar un par de prendas al centro comercial?

-Que te acompañe uno de mis hombres

-Si, está bien ¿puedo ir más tarde?

-Prefiero que vayas de una vez, más tarde tengo planes contigo

-Okey, entonces voy de una vez

-Cuando llegues necesito que vayas a buscarme al estudio

-Si, no tardo mucho

Esteban le pidió a uno de los hombres que trabajaba para él que me acompañara al centro comercial. Así fue, me llevó a comprar lo que le pedí. Necesitaba comprar una faja, el embarazo comenzaba a notarse cada vez más, estaba cerca de cumplir los seis meses, de hecho la pancita no se notaba tanto como debería, parecía que mi bebé me ayudaba a esconderlo, lo que no podría evitar sería el día del parto.

Me apuré a comprar lo que necesitaba. Volvimos a la mansión donde me tenía Esteban. Hice lo que me pidió, fui a buscarlo a su estudio.

-¿Puedo? -dije desde la puerta.

-Claro, pasa

Entré al estudio y cerré la puerta tras mío, me senté frente a él.

-¿Qué necesitas de mí?

-Que te encargues del policía -no quería que volviera a pedirme que lo matara, no iba a hacerlo.

-¿Qué con él?

-Tú lo vas a custodiar, necesito que le lleves la comida y lo observes

-Esta bien, yo me encargo -me levanté.

-Necesito que vayas ya, no ha comido desde ayer

-Si, ahora mismo voy -sentía el corazón acelerado, tenía tiempo que no veía a Raúl, no sabía en que condiciones lo encontraría.

-Mátalo -me dijo antes de que saliera del lugar. Me tendió su arma.

Salí con prisa del estudio de Esteban, fui a la gran cocina a buscar lo que le daría de comer. Después de eso fui casi corriendo en busca del policía.

Al abrir la puerta del cuarto en donde estaba encerrado escuché la voz de Raúl.

-¡Por favor! -escuchaba sus gritos desesperados desde el pasillo. Tomé la perilla y dudé en abrir, estaba al borde del llanto, no estaba preparada para verlo. Me armé de valor y abrí la puerta, estaba todo oscuro, podía ver al policía a contraluz atado de manos y con algo en la cabeza -ya, por favor -cerré la puerta y me acerqué a él, cargué el arma y apunté a la cabeza.
Suspiré y bajé el arma, me arrodillé frente a él y le quite lo que tenía en la cabeza, en ese momento se me rompió el corazón, estaba todo golpeado del rostro.

-Raúl -tomé su rostro -soy yo, Renata

-Renata -dijo con la voz quebrada -¿Qué haces aquí?

-Me mandaron matarte -miré brevemente la pistola en el suelo.

-¿Por qué a ti?

-Te quiere muerto y quiere que yo lo haga, pero no puedo -ayudé a desatarlo de las manos -te prometo que pronto te voy a sacar de aquí

-Vamos a irnos juntos -tomó mis manos.

-No sé, pero vas a recuperar tu libertad, ummmm... te traje algo de comer

-¿Cómo va el bebé? -sonreí.

Me coloqué de perfil y mantuve mis manos en la parte baja del vientre.

ESTOCOLMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora