Capítulo 93 (Ella)

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Los días seguían pasando y las cosas seguían llegando en cajas, el refrigerador, la estufa, repisas, la base de la cama; agradecía ello, ya que me dolía la espalda de dormir en el piso, se suponía que el colchón llegaría hoy, así que por fin tendríamos un lugar decente para dormir.Acababa de comprar un juego de platos, vasos y cubiertos, estábamos hartos de comer de la única olla que teníamos. Mudarnos había sido un gran desastre. Nos mantenía muy ocupados.

Tocaron a la puerta, era algo tarde, creí era el colchón. Me acerqué a abrir, era el policía.

-¿Se te ofrece algo? -pregunté intentando aguantar la risa.

-Entrar a mi casa -me dijo con una sonrisa.

-¿Y tus llaves? -me crucé de brazos.

-Las olvidé -sonrió -¿me dejas pasar? -pidió con una sonrisa.

-No -hice una pausa y sonreí -dime la contraseña

-¿Cuál contraseña? -preguntó riendo. Comenzó a hacerme cosquillas, de esa manera logró apartarme de la puerta.

-Olvidé mis llaves cuando vine a buscar unos papeles que había olvidado, llegó el colchón y salí corriendo porque eso me hizo perder tiempo

-Pero eso no explica por qué no tienes tus llaves

-Se me había hecho tarde, es todo

Él caminó hasta la cocina y miró la caja con la vajilla.

-¡Al fin vamos a comer como gente normal! -dijo riendo.

-Y al fin vamos a dormir cómodamente, pensé que el colchón no había llegado

-Lo dejaron en la habitación, ¿me ayudas a llevar la base?

-Claro -entre los dos llevamos la base al cuarto, no era muy pesada así que fue fácil acomodarla y armarla.

Él colchón estaba apoyado en la pared de forma vertical. Era bastante grande.

-¿Me ayudas a bajarlo? No creo poder solo -miró el colchón como si fuera muy imponente.

-Claro -me acerqué al colchón y entre los dos lo colocamos sobre la base.

-Al fin -se recostó sobre éste, cada vez que se movía hacía mucho ruido ya que aún tenía el plástico protector.

-¿Está cómodo? -lo miré después de colocar mis manos sobre mis cinturas.

-Pruébalo tú misma -me rescosté a su lado. Ahí nos quedamos un rato, al fin dejaríamos de dormir en el piso. Me giré y quedé boca abajo.

-Vamos a cenar -dije -muero de hambre

-¿Cereal sin leche otra vez? -solté una carcajada.

-No hay otra cosa -me levanté -no es como que te pueda hacer una carne asado o algo parecido

-¿Y si vamos a comer unos tacos al puesto de la esquina? -imitó mi acción -dicen que están muy buenos

-¿Me vas a dejar pagar?

-Luego vemos, pero ya vamos que también muero de hambre, mi estómago pide a gritos alimento

Caminé tras él, no sé como tenía tanta energía después de haber pasado todo el día en la oficina. Tomó sus llaves y salimos a la calle, ya estaba un poco oscuro y hacía algo de frío. Las noches así me daban terror.

-¿Quieres que yo pida? -asentí.

Había muchas personas comiendo en el puesto, todos los banquitos estaban ocupados.

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