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Canción: Girl Got a Gun

Bill

Estaba aquí. Aburrido. Con un libro en la mano. Sin nada que hacer. Sin salir...

Me habían castigado.

Luego de unos minutos de que Tom se fuera, papá llegó hecho una fiera, parecía que me podría degollar en cualquier momento con esos ojos furiosos y expresión molesta. Sabía que me metí en un buen morro, me echó una reprimenda para darme de ostias pero al parecer tenía bastante razonamiento. Al fin y al cabo se le dio por castigarme una semana sin salir nomas para ir al instituto y como si no fuera mucho, me llevaría e iría a buscar. El problema era que le prometí la pasta a Tom para hoy, y no estaba de broma, se metería en una gorda si no lo ayudaba.

Tocaron la puerta, di un suspiro. Tenía que terminar los deberes, pero no se me daba la gana y papá me tenía hasta los cojones con eso de "Tener un mejor futuro..." vaya, que bien me pegó la actitud mi novio.

— ¿Interrumpo, Bill?— Papá entró con un vaso de leche en la mano y la dejó en mi mesa junto a un plato lleno de galletas. Bueno... no podía decirles que no a la galletas. — Mira hijo, esto es nuevo para mi. Me preocupé cuando no volviste, sobre todo por aquella llamada de hace días. No temas en decirme qué es lo que sucedió

Rodee los ojos tragando una de las galletas — Nada, papá ¿Si? No hice nada fuera de las leyes naturales del ser humano ¿Bien? No debiste preocuparte. Estuve con un amigo... hablando de... de la escuela— No podía negar que faltas de reírme no me faltaban, porque estaba a punto de explotar allí mismo

— Espero que así sea— Soltó un bufido y salió de la habitación.

Hice una mueca. Cuando llegué no pensaba que las cosas cambiarían tanto. Papá no estaba casi nunca en casa, no tenía muchos amigos, Tom era un jodido calentorro y no se podía tener un diálogo normal con él. Andy era demasiado distanciado. Si, está al lado de mi casa, pero era un amigo demasiado... poco fiable. Hemos cruzado una que otra charla, pero nada muy profundo.

Me acerqué a la ventana al oír ruidos detrás de ésta. Tom estaba lanzando rocas como la primera vez que lo conocí. Levanté el cristal, ahora lo tenía a unos cinco o seis metros

— ¿Qué quieres, Tom? Estoy castigado por tu culpa

— ¿Lo tienes? ¿Tienes el dinero?— Preguntó ignorando lo antes dicho por mi.

— Tom... ¿Qué no entiendes de que estoy castigado...? ¡Por tu puta culpa! ¿Cómo mierda se te ocurre que le quite la pasta a mi padre si estoy encerrado?

— Vamos Billy ¿Ya te olvidaste, bebé? ¿Recuerdas como te escabulliste la segunda vez que nos hablamos?

Recordaba exactamente que Tom me apretó el pene dejándolo como pasa de uva y luego me puso cachondo, aunque no terminamos lo empezado. Llené mis pulmones de oxígeno y crucé la ventana para llegar a la de Tom. Ahora, bien hecho me tomó de la muñeca ayudandome a entrar, una vez logrado me dio un rápido beso y dijo

— ¿Donde tiene el dinero tu padre?

— En su bolso, probablemente en su habitación— Me encogí, Tom comenzó a reír como si fuera una broma

— Estás de coña Bill ¿No? — Negué de lado a lado con la cabeza y sus sonrisa se volvió tosca — Okey, vamos.— Musitó serio.

— Tom, si me atrapan me matan... ¿Tom?— Di vueltas mirando hacia todos lados, pero no lo encontré.

La preocupación trepó a mi mente como un frío helado. Salí de la casa de Tom, con precaución logré infiltrarme en la mía por la puerta trasera. Divisé a Tom escondido tras el sofá de papá, el cuál estaba con una cerveza en la mano haciendo cuentas en la mesa de café.

Breathe Me - TwincestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora