Tom
Me sobé el brazo a dolorido, nunca me habían gustado las agujas, era algo que me daba escalofríos de tan sólo pensarlo, algo tan fino y puntiagudo introducirse en tu piel, dejando que te extraiga o coloque algún líquido... ¡Brrr!
— ¡Deja de reírte, Bill!— Gruñí molesto
El muy cabrón no paraba de reír desde que le dije que la idea de las agujas no me agradaba para nada. Un cierto temor les tenía desde pequeño, bueno, no fue prácticamente mi culpa. Mi supuesto "Padre" (Lo sé, es mi padre, pero vamos, no lo veo desde hace ya un año y pico) había dejado una aguja caliente en la mesada, y yo andaba con River y Fer, no medíamos lo que hacíamos tan pequeños, y yo quería mostrarles como podía hacer que una aguja traspasara muy finamente mi piel. Pero al resultar que la aguja esté hirviendo, me quemé de tal manera que bueno, no pude apoyar el dedo pulgar en algo frío o tibio durante casi una semana. Además de otras malas experiencias
— ¡Debiste ver tu cara, Tom! No sabes cómo me arrepiento de no haber traído la cámara conmigo— Bill siguió carcajeándose de manera exagerada, me provocó poner los ojos en blanco, no era para tanto temerle a las inyecciones ¿Verdad?
Un móvil vibró y Bill lo sacó de su bolsillo cambiando su expresión a una seria y fastidiada. Contestó la llamada, traté de oír lo más que pude.
— Hola, en el hospital... No, no me pasó nada... —Hizo una pausa— Estoy bien. Si, estoy bien, enserio... Ah, eso...— Su rostro se descompuso— ¡¿Qué?! ¡Joder, lo siento! ¡De verdad, lo siento mucho, no quice...-
Frunci el ceño— ¿Pasa algo?— Pregunté extrañado
Bill me hizo callar— ¡No, claro que no! ¡Estoy sólo! Papá... estoy sólo. Mira, cuando llegue a casa te lo explico ¿Vale? Ahora no puedo hablar— Bufé ¿Qué demonios estaba pasando?—... Sí, prometo que hoy iré y te explico todo... Okey, yo también te quiero, adiós.— Y cortó.
— ¿Quién era?— Pregunté
— El jodido pesado de mi padre— Padre...
— Oh...— Bill me miró como si estuviera pensando o tratando de analizar algo en mi, me encogi incómodo desviando la mirada de él— ¿Y... qué te dijo?
— Que debo ir lo más pronto posible, me estoy metiendo en un rollo, Tom. Hace días que llego a casa, estoy sólo de día y de noche, de verdad se preocupa por mí cuando es algo que le afecta a él, empiezo a pensar que no me... no me quiere.— Los ojos de Bill se pusieron cristalizados, me entró lo blando y lo abracé por los hombros, él sin mirarme (aunque noté su leve sonrojo) apoyó su cabeza en mi hombro.
Me sentía cada vez más como un idiota enamorado, (¿Será por el día de San Valentin?) pero ¡Razonemos! ¿Yo? Thomas Trümper ¿Enamorarme? Ni de coña. Bill me gustaba, no iba a negarlo,me gustaba que esté debajo mío gimiendo, o a cuatro patas delante de mi, diciendo y jadeando mi nombre con el rostro rojo, los ojos brillantes y labios colorados e hinchados, con ese suave cabello negro suyo despeinado y sudoroso... joder, me lo montaría en este instante.
Pero no era insensible.
Bill tenía un padre como yo una vez lo tuve, lo quería, y el gilipollas no se fijaba en él. Eso era algo bastante desagradable, no quería que termine como yo, drogadicto, con un apartamento compartido y aveces sin dinero para poder comer, pasar hambre.
Por eso mismo Bill era un glorioso premio, él estaba pillado por mi, me daba lo que quería, ¡Me dio hasta la pasta de su padre! Era un completo idiota, y ese completo idiota hacía que sintiera cosas que nunca había sentido. Me negaba rotundamente a pensar que estaba "enamorado" ¡Ja! Era imposible, si una tía con buenas tetas apenas si lograba empalmarme, ¡Mira que me enamoraría de un tío nenaza super flacuchento!
ESTÁS LEYENDO
Breathe Me - Twincest
FanfictionBill es un adolescente de 16 años, no obstante acomplejado aunque con buenas notas. Se mudó a Stuttgart desde EE.UU con su padre, un hombre ocupado de clase alta, tras la muerte de su madre. Ésa mudanza no sólo cambiará su vida, si no también sus re...