Breathe Me - Twincest

¡MARATÓN 2/3!

Bill

Mi pulso acelerado, mi respiración agitada, el cadáver de Jasson, los ojos miel de Tom... Todo daba vueltas en mi cabeza, quería ahorcarlo, ¡Ahorcarlo! Nunca en mi mente pude ver o imaginar una imagen en la que Tom mataba a un ser humano, a una persona, un alma, una vida ¡Un amigo! Sabía que sus celos eran extrañamente extremos, pero no pensé que pudiera llegar a matar a Jasson. Bajé la mirada impidiendo que vea mi sufrimiento y mi miedo, sus ojos reflejaban pánico y miedo, pero no el mismo miedo que yo, él tenía terror, tal vez perderme físicamente era poco comparado con perderme emocionalmente.

Me solté de su agarre, quedándome inmóvil. - Di algo...- Susurré - Tom, di algo, porque me pierdes para siempre. - Un pulcro silencio incómodo adornó el callejón. La sangre de Jasson llegó a mis tobillos, me sobresalté haciéndome a un lado de repugnancia- Tom... Tom di algo, porque te juro que... que me vuelvo a EEUU y no nos vemos nunca más. - Aún no hablaba, parecía muerto.

- ¡Tom di algo maldita seas!

- ¡¿Qué quieres que te diga?!- Gritó. en ese momento pude notar sus pupilas dilatadas y sus alrededores levemente enrojecidos.

- ¿Te drogaste...?- Le pregunté levantando mi mano hacia debajo de sus ojos, él los cerró y buscó más contacto, pero no era necesario- No debiste detenerme, no tenías razón. Déjame ir Tom, por favor....- Supliqué con la voz entrecortada, separándome de su cuerpo. Si me quedaba con él, probablemente lo perdonaría y no era cuestión de opinión. Si por mí fuera lo hubiera dejado hace tiempo, pero algo me retenía, algo dentro de mí, no me dejaba olvidarlo- Adiós...

Fui a dar un paso, pero su mano me jaló de la cintura y quedé de espaldas suyas, su rostro estaba apoyado en mi nuca, y su cuerpo recargado en mi espalda. Comencé a hiperventilar, recordando el cadáver de Jasson ¿Y si me mataba? ¿Y si por recvhazarlo me mataba?- BASTA, ALÉJATE DE MÍ.- Chillé desconcertado. Opté por usar el azonamiento - ¿Es que no te das cuenta que no podemos, Tom? Te juro que si...

Mis palabras fueron acalladas por el húmedo de su lengua. Me había jalado el cabello, haciendo que yo esté lo suficientemente echado hacia atrás para que él pudiera besarme. Sus labios, carnosos, llenos de costras ovbiamente por las peleas callejeras. Su abrazo cálido y reconfortante, su lengua plenamente necesitada de la mía... no me quería separar. No lo haría... no... ¡Eramos hermanos gemelos!

Empujé a Tom lejos de mí- No vuelvas a tocarme....

Me alejé de un salto, cuando lo vi acercarse a mí con la mirada perdida. Estaba teniendo su efecto el polvo. Tom no usaba jeringas, le aterraba, más de la mitad de veces, dijo que sólo usaba Coca. Se acercó como un Zombie hacia mí, Con un inigualable horror, intenté escapar, pero el cadáver de Jassson me hizo tropezar y caer encima de éste. Grité asqueado, me levanté, para cuando todo esto ocurrió Tom me jaló de los brazos y me estampó contra la pared. Le empecé a gritar que razonara, gritaba ayuda, pero ¿Quién a esas horas de la mañana iba a estar paseando cerca de un bar? Su mano tapó mi boca, y su otra mano me tenía agarrado. Me miró de arriba a abajo con expresiónde nada.

Empezó a chupar mi cuello, dejando marcas rojizas y luego me soltó la boca para desabrochar mi pantalón y bajarlo junto mi ropa interior. Me dio la vuelta, yo adolorido por el brazo doblado, oí la cremallera de los Jersey de Tom bajarse y algo duro, grueso, grande, entró en mi agujero. Grité de dolor, mientras las emmbestidas de mi hermano se hacían frecuentes, lo hacía más y más rápido. Yo gritaba que parara, que me dolía, que deje de hacerlo, que estaba pasándose, pero nada parecía hacerlo reaccionar.

Un líquido tibio bajó por mis piernas, y al bajar la mirada, pude ver la sangre que emanaba de ésta. Me asusté mucho, pero Tom no paraba, y me golpeaba fuertemente contra la pared. Jaló de mi cabello hacia arriba y me mordió el lóbulo de la oreja casi arrancándola. Mis gritos y llantos eran alarmantes y preocupantes, pero Tom parecía sordo, no reaccionaba en absoluto. Su semen se mezcló con mi sangre, y a los sollozos, me dejó se subió el pantalón y me empujó al suelo. Entre abrí los ojos aún gimiendo de dolor y quejidos, Tom me dedicó una última y fría mirada y se fue.