La protegida de Batman

La aparición del murciélago pt. 2

Me encontraba en casa, envuelta por la oscuridad, apenas percibiendo el entorno a mi alrededor. A medida que me adentraba, descubría que estaba en mi hogar, pero no podía hallar a mi madre ni a mi hermano. Intenté encender las luces, pero no respondieron. A pesar de la oscuridad que me rodeaba, extrañamente podía ver. Me dirigí a la cocina y me percaté de dos cuerpos en el suelo.

—No... No, ¡Dios mío! No, por favor, mamá despierta, Jimmy despierta —sollozaba mientras movía los cuerpos de mi familia en un intento desesperado de que reaccionaran.

Entre sollozos, alguien me observaba desde la oscuridad. Me di cuenta de que no estaba sola; alguien me espiaba desde las sombras, listo para atacar. Mi mirada recorrió el lugar y, cuando se encontraron, no pude contenerme. Me abalancé contra el asesino, pero él fue más rápido y disparó.

Desperté abrumada por el sueño, sintiendo mi corazón latir a mil por hora.

—Solo fue un sueño, no era real —me decía a mí misma mientras trataba de controlar mi pulso y mi respiración. Tardé unos minutos en recuperarme y, cuando lo logré, sentí un fuerte dolor en el abdomen. Con eso, los recuerdos comenzaron a invadirme: el enmascarado, mi familia, el asesino. "No puedo dejar esto así, tengo que hacer algo", me dije a mí misma, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por una gruesa voz.

—¿Cómo te encuentras? —dijo el dueño de esa voz desde una oscura esquina de la habitación, después de acoplar mi vista a la poca visibilidad me di cuenta de que estaba en el hospital.

—¿Qué? ¿Quién eres tú? —pregunté mientras me adaptaba a mi entorno.

El dueño de la voz salió de la oscuridad, y cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, no pude contener mi asombro. Un hombre alto, fornido, como de 1,90 metros de altura y disfrazado de murciélago como Batman, estaba frente a mí. Solo pude pensar que el universo se estaba burlando de mí.

—Soy Batman —.

—Sí, claro, y yo soy la Mujer Maravilla —contesté amargamente—. Me vas a decir que eres Bruce Wayne, el multimillonario de Gotham, y que en las noches se disfraza de murciélago para combatir el crimen.

Antes de que el murciélago pudiera replicarme, lo volví a interrumpir.

—Mira, no estoy para juegos, sin embargo gracias por salvarme, ahora por favor déjame sola —dije mientras cerraba mis ojos, las lágrimas estaban amenazando con salir y creo que ya no las podré aguantar por mucho más tiempo.

Ni siquiera escuché el momento en que ese tal Batman dejó la habitación, solo el suave sonido del viento fue lo único que dejó. Y en ese momento de soledad, dejé que las lágrimas fluyeran, el dolor era tanto que apenas podía respirar, mamá y Jimmy ya no estaban, me habían dejado sola. ¿Qué iba a ser yo ahora? En ese preciso momento, cómo deseé morir.

Batman

Francamente ya no puedo hacer más por ella, haber atrapado al criminal en el acto le daría la paz que yo nunca pude obtener, el asesino de mis padres jamás fue capturado y tuve que aprender a vivir con eso. Ahora tengo que enfocarme en lo más importante. Primero, averiguar dónde estoy. Segundo, encontrar a todos los villanos que aparecieron aquí en Nueva York y tercero, encontrar la forma de volver a casa. —Pensé para mí mismo, mientras estaba en el techo de uno de los muchos edificios de la ciudad contemplando cómo la noche volvía a caer. Saqué un dispositivo de pirateo que para mi buena suerte, pudo decifrar el canal privado del NYPD. Si quería atrapar al Joker, esa sería una forma de hacerlo, y ni él ni sus secuaces aguantarían pasar desapercibidos en un mundo donde por lo visto no existen ni héroes ni villanos.