Capítulo 1: comienzos

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Hola, mi nombre es Lizbeth Rojas, tengo 17 años y curso 5to semestre de preparatoria, provengo de una familia muy adinerada, lo cual para algunos sería algo sumamente bueno para mí es una tortura. Desde que era pequeña mis padres, en especial mi madre, me obligaban a usar vestidos todos los días, a tomar clases de modales para señoritas, a aprender cosas inútiles sobre cómo comer, entre otras cosas que controlaban mi vida.
Mis padre al tener mucho dinero me inscribió en un instituto de mucho prestigio, era el instituto de estudios superiores ILKIN. En ese lugar fue donde conocí a un chico de clase media muy interesante, en esta escuela era muy raro ver a un chico como el y según algunos rumores el tiene el promedio más alto de todo el Instituto y que además cuenta con beca completa.
Domingo 12/08/2018
Era una hermosa mañana, los pájaros cantaban, el sol no brillaba más de los necesario y para mejorar era domingo. Me levanté de mi cama a las 7am como todos los días, tendi la cama como mis padres me ordenaban, después de eso me quite mi horrible pijama rosa, me di una larga ducha y me puse ese largo y cursi vestido de color blanco que usaba cada domingo con las mismas zapatillas blancas y sin ningún adorno. Una vez que termine de vestirme salí de mi casa y el chófer me llevó a ese hermoso parque que tanto me gustaba y que mis padres solo me dejaban visitarlo el domingo. El parque era enorme y estaba dividido en 6 secciones y estás son el área de juegos, los puestos de comida, canchas deportivas y las demás áreas de árboles de todo tipo, en el centro de este había una gran y hermosa fuente.

Después de que el chófer me dejará allí, caminé por todo el lugar viendo a los niños jugar enérgicamente, admirando a las parejas enamoradas pasear, olfateando toda esa deliciosa comida que preparaban y presenciando a los deportistas entrenar o pr...

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Después de que el chófer me dejará allí, caminé por todo el lugar viendo a los niños jugar enérgicamente, admirando a las parejas enamoradas pasear, olfateando toda esa deliciosa comida que preparaban y presenciando a los deportistas entrenar o practicar algún deporte.
Me detuve un rato en las canchas de básquetbol pensando en como sería mi vida si mis padres me dejarán ser como yo quiero ser, mi pensamiento fue interrumpido luego de que una pelota de baloncesto me golpeara en la cara. Me quede adolorida en el suelo, mientras un chico se me acerco rápidamente me ayudo a sentarme en una de las bancas del parque y me pidió perdón por lo que había hecho, yo no supe cómo reaccionar en ese momento así que dejé que me sacudiera el vestido mientras yo recobraba el sentido.
Una vez que recobre el sentido me percaté que el chico que me había golpeado era ese chico de clase media del que todos en la escuela rumoreaban. El llevaba puesto una camisa negra sin mangas, unos shorts negros y unos tenis blancos un poco sucios.
Me froté la cabeza y le dije.
-liz: hola, tú eres David verdad ?
-david: si, y tú eres ?
-liz: ah sí me llamo Lizbeth, tal vez no me conozcas pero vamos en la misma escuela.
-david: si es cierto ya te recordé, eres la chica que usa vestidos muy bonitos. *Sonríe un poco*
-liz: si esa soy yo *ríe un poco de nervios* aunque que yo no diría que bonitos.
-david: bueno pues a mí parecer si lo son y dime que hace una chica tan linda y elegante como tú aquí?
-liz: solo estoy dando mi paseo de los domingos. Oye me gusta lo que traes puesto. *Dije con un tono de emoción y de admiración*
-david: estos arapos *ríe*
-liz: si, están súper. *rie más fuerte*
Luego de un rato de charla comencé a conocer más a David, vi que era un chico muy amable y simpático, además de que compartimos ciertos gustos por algunas cosas como la música, libros, etc. Y por alguna extraña razón salió el tema de que a mí me gustaría usar lo que el traía puesto, además de tener la libertad que el posee.
-liz: sabes David a mí me gusta mucho lo que traes y lo digo en serio, yo daría lo que fuera por tener un vida como la tuya
-david: wow enserio, pero porque quisieras tener una vida de pobre como la mía, si la tuya es mucho mejor ya que tú tienes muchos lujos.
-liz: si pero eso no me gusta mucho, yo preferiría ser libre y hacer lo que se me diera la gana
-david: y a mí me gustaría una vida con muchos lujos y que siempre me concientan.
Entonces por algo extraño dentro  de mi me dijo que llevara a David a la fuente. Le sugerí que fuéramos y el aceptó, caminamos hasta allí y un vez enfrenté de esta había un letrero que nunca antes había visto y este decía "Los deseos pueden hacerse realidad".
En ese momento apareció un hombre muy alto que vestía una capucha negra que le cubría todo el cuerpo y casi toda su cara. Cuando se apareció sentir una gran fuerza y también un escalofrío que recorrió toda mi espalda y por lo que alcance a ver David también lo había sentido.
-hombre: buenos días jóvenes, pasaba por aquí y no pude evitar observar que ambos desean pedirle un deseo a la fuente.
-liz: y eso es malo ?? *Dije un poco nerviosa*
-hombre: no es nada malo querida, solo queria informarles que yo tengo la solución a su problema.
En ese instante el saco de debajo de su capa una moneda de color dorado y muy reluciente.
-hombre: esto es la solución a sus problemas, se dice mucho aquí que si tiras una moneda como está en la fuente se te consedera un deseo que venga del corazón. Ten mira niña te la regalo.
Entonces extendió su larga mano y me dió la moneda en mi mano, al momento de tocarla sentí una extraña sensación que recorría todo mi cuerpo. Quede paralizada unos segundos.
-liz: está seguro de que funcionara??
-hombre: eso depende de ti. Bueno que tengan un lindo día.
El hombre se va sin decir nada, luego de eso David se me quedó viendo y yo a él. Le pregunte si quería comprobar lo que nos dijo ese tipo, a lo cual el respondio que si.
Miramos el agua de la fuente y esta era muy clara y tenía ciertos brillos que hacían que está pareciera una fuente de los deseos cómo las de las películas.
Después de tanto pensarlo tome la mano de David, recite mi deseo y arroje la moneda al agua.
Al ver que no ocurrió nada solté la mano de David y me deprimi un poco. Entonces David me dijo que sólo era un truco. En eso llegaron sus amigos que lo llamaban, me dio un abrazo y se despidió de mi para irse a jugar con ellos. Yo aún decepcionada continue mi paseo por el parque hasta que me recogió el chófer y me regreso a mi casa.
Ya en la noche me di una ducha y me puse esa horrible pijama que me obligaban a usar, pero antes de dormir me puse a pensar en todo lo que me había pasado. Al final me quedé profundamente dormida, tanto que hasta parecía que no sentía casi nada.

Espero les guste la actualización de la historia, actualizaré todos los capítulos uno por uno y espero no tardarme mucho para que puedan disfrutar de la historia en un mejor estado.

Un nuevo despertar [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora