13. Entre la espada y la pared

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Narra Julia

El día parecía tranquilo, tras salir de casa de Carlos fui a la mía, la cual estaba vacía, pues Dave se había ido a dar una vuelta.

Me preparé un cuenco de arroz de esos que se hacen en el microondas, me hice un moño y me cambié la ropa por una más cómoda.

Dave llegó rato después. Y lo que quedaba de día no hicimos nada.

Al menos hasta las once de la noche...

***

-Dave que llegamos tarde.- dije, poniéndome los zapatos.

-Ya voy, ya voy.- mi amigo llegó como un torbellino, cogió la cartera y las llaves y salió por la puerta.

Yo le seguí, escaleras abajo.

-¿Era necesario esto?- pregunté, alcanzándole.

-Llegamos tarde, no vamos a esperar al ascensor.- dijo él, aligerando el paso.

Resoplé.

-¡Conduzco yo!- exclamé una vez estuvimos junto al coche.

-Ni de coña nos matamos hoy.- dijo, antes de mirarme, suspirar y asentir con la cabeza.- Bueno vale, conduce.

Sin decir nada más nos metimos en el coche y arranqué, acelerando.

-¿Estás nerviosa?- preguntó.

-¿Por qué iba a estarlo?- giré la cabeza mínimamente hacia él, pero lo suficiente como para que pudiese ver mi cara de no entender a qué se refería.

-Bueno... Pueden pasar muchas cosas hoy.

-¿Qué has hecho, Dave?

-¿Yo?- se hizo el sorprendido- yo no he hecho nada, cariño.

Asentí, más porque estábamos en una carretera que no conocía muy bien que por querer dejar la conversación, porque en realidad sabía que había algo que no me contaba.

Poco después llegamos al local.

-Voy a por algo de beber.- dijo Dave, perdiéndose entre la multitud.

Entonces sentí como alguien puso una mano en mi hombro y me giré, encontrándome cara a cara con Carlos.

-Joder Carlos, qué susto.- dije, poniéndome una mano en el pecho.

-Necesito hablar contigo.- dijo, estaba muy serio, y por sus gestos, también nervioso, quizás.

Antes de que me diese tiempo a responder alguien llegó hasta mí y me abrazó, le reconocí enseguida como Marilia.

-¡Julita, hace días que no nos vemos!

Antes de poder responder hice contacto visual con Sabela, la cual tenía un semblante preocupado. Me miraba raro, como si intentase decirme algo. Señaló con discretamente algo detrás de mí.

Fruncí el ceño, girando la cabeza lentamente, y entonces deseé no haberlo hecho.

Él estaba ahí, y por lo que parecía, venía hasta mí.

-Luego hablamos.- le dije rápidamente a Carlos, antes de salir de allí rápidamente hacia cualquier lugar.

***

Pasé con mucho cuidado por la barra, hacía un rato que ya no me escondía, al menos físicamente.

-Menudo historial llevas últimamente.- comentó Sabela, acercándose a mí.

Hasta Perderlo Todo -julright-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora