3. Si me dejas buscarte

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Narra Carlos

Extendí el brazo buscándola, pero como ya había supuesto que pasaría, no estaba.

Me levanté y recorrí el piso con la mínima esperanza de que siguiese allí, de que no se hubiese ido del todo.

Pero no era así.

Suspiré, en realidad no debería de decepcionarme no encontrarla a mi lado al despertar.

Así debía de ser.

De repente, sonó el timbre, y corrí hacia la puerta deseando con todas mis fuerzas que fuese Julia la que se encontraba tras ésta, a pesar de acabar de convencerme a mi mismo de que no debía volver a ilusionarme con ella.

Finalmente la abrí.

-¡Carlitos!- traté de que no se me notase la decepción que sentía en esos momentos, y abracé fuerte a Marilia.

Al separarme de ella vi a María, que en lugar de abrazarme me pasó una mano por el pelo, tratando de peinarlo.

-Bueno, estás guapo aunque no te peines, así que da igual... Pero cámbiate te ropa.- dijo.

-¿Para qué?- pregunté, estaba algo desubicado, aunque agradecía la visita de mis hermanas.

María era la mayor, yo el mediano y Marilia la pequeña. De pequeños siempre habíamos estado muy unidos, y estar en el mismo grupo de amigos nos había mantenido así, aún cuando nuestra familia se rompió en pedazos.

-Vamos todos juntos a comer, ha sido idea de Dave.- dijo Marilia, riendo.

-No hueles a tabaco, es un avance...- comentó María.- por favor, dime que no te has tirado a todo lo que se mueve.

Rodé los ojos, entendía por qué decía eso, aunque no me gustaba esa imagen.

-No.- contesté- de todas formas se iban corriendo si veían que tenía a una chica de fondo de pantalla.

-¿Y tenías a Julia de fondo de pantalla porque...?- Marilia me miró, sabía perfectamente la respuesta, pero quería oírla de mi boca.

A veces parecía que mis hermanas se aliaban contra mí.

-Porque la echaba de menos.- dije, sacando una camiseta y unos pantalones limpios de la maleta.

Me vestí rápidamente, cogí las llaves, el móvil, la cartera y salí de allí junto a María y Marilia.

Les conté lo que había hecho ese año, aunque en realidad, ya lo sabían.

Ellas, Alba, y Dave eran las únicas personas a las que había escrito o llamado en mi ausencia.

Eran mis hermanas, no podía alejarme de ellas así como así, no después de lo que pasó con nuestros padres.

Alba y Dave eran la excepción.
Si bien había decidido que no quería hablar con nadie en ese año, acabé llamando a mi amigo al menos una vez a la semana para preguntarle por Julia. Con Alba fue distinto, no fue hasta que llevaba dos meses fuera que la llamé por primera vez, y a partir de ese momento se convirtió en la persona a la que acudir cuando tenía un problema.

-¿Estás listo?- preguntó María, a lo que yo asentí.

-Nos lo vamos a pasar bien, ya verás.- añadió Marilia.

***

Estábamos acabado de comer, no había ido tan mal como pensaba, de hecho me lo estaba pasando bien.

Hasta que hubo un tema de conversación que me llegó.

Sabela estaba bastante tensa a mi lado, no paraba de mirarme y yo no entendía por qué.

Supuse que sería por algo de Julia, pero no era así.

Todos charlaban animádamente, y de repente ella me tocó el hombro, haciendo que la mirase.

-Creo que aún no sabes que...- nunca antes había visto a Sabela dirigirse a mí así de tímida.- Bueno, que estoy saliendo con tu hermana.

Miré a Marilia, que se encontraba en frente, buscando una confirmación por su parte.

Ella asintió, sonrojada.

-¿Cuánto tiempo lleváis?- pregunté.

-Unos meses.- dijo Marilia.

Sonreí.

-Me alegro mucho por vosotras.- dije, y después me giré hacia Sabela.- Cúidamela, eh.

-Claro.- respondió, sonriendo también.

En ese momento me di cuenta de que el sonido había cesado, y la atención se focalizaba en nosotros tres.

-Es bonito, ¿no creéis?- dijo Dave, mirándome expectante.

-¿El qué?

-Que tu mejor amigo se convierta en tu pareja.

No dije nada, no hice nada. Ni un movimiento.

-Mucha gente dice que tu pareja tiene que hacer también la función de amigo.- le apoyó África.

-Y que las amistades de más de diez años duran para toda la vida.- intervino también Miki.

-Pues eso, que no es algo tan descabellado. Si sientes algo por alguien, debes decírselo, y si es tu mejor amigo de toda la vida, aún más.- dijo Dave.

Inconscientemente, mi mirada fue a parar en Julia, a la cual se le notaba lo incómoda que estaba.

La mesa se quedó en silencio. Uno espeso, tenso. De esos que parece que se puedan cortar con unas tijeras.

-Voy a tomar el aire, no me encuentro bien.- dijo Julia, levantándose.

Entonces todos se giraron a mirarme, y yo no supe qué hacer.

-Creo que deberías ir. Por lo menos como su amigo.- dijo María.

Asentí y me levanté, pero antes de que pudiese irme, mi hermana mayor volvió a hablarme.

-Algún día tendréis que hablar las cosas, Carlos.

__________

Ay, el próximo capítulo...
Gracias por leer, mañana más.💛

Hasta Perderlo Todo -julright-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora