41. Vivir

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Narra Carlos

-Necesitamos un piso nuevo.

Giré la cabeza al oír a mi novia pronunciar aquellas palabras.

Había muchas cosas que necesitábamos, una de ellas me la guardaba para más adelante, pero, ¿un piso? No se me había ocurrido.

-¿Qué tiene de malo este?- pregunté.

-¿Quieres que criemos a nuestro hijo o hija en tu "pisito de soltero con ligues"?- lo último lo acompañó con unas comillas con los dedos. Una carcajada salió de mi boca, pero segundos después me puse serio de nuevo.

-¿Cuándo dije eso? No me acuerdo.

-Cuando te independizaste, hace años.- contestó, con una sonrisa burlona- por cierto, ¿cumpliste tu propósito?

-Mi propósito era tenerte aquí conmigo, así que sí.- dije.

-Eres tan moñas... Lo dejaré pasar, pero bien que has esquivado el tema.- me señaló con un dedo, riendo.

Hizo un amago de levantarse de la cama y yo tiré de su brazo, haciendo que volviese a la posición anterior.

-Quédate aquí un rato.- le pedí, dejando un beso en sus labios.

-Vale, pero... vamos a hablar de la mudanza.- dijo, como condición.

Suspiré, pasándonos las sábanas por encima.

-¿Qué tienes pensado?- pregunté- ¿Una casa?

-No, algo más barato. Un piso, pero que tenga más espacio que este, sólo eso.

Asentí.

-¿Ya has mirado alguno en concreto?

-Algunos... Quiero ir a verlos contigo.- me giré a mirarla mientras hablaba, derrochaba ilusión por los ojos.

Me acerqué más a ella, dejando un beso sobre su cabeza.

-Podemos mirar alguno el fin de semana que viene, y si quieres... Podemos mirar cosas para el bebé.- propuse.

-¿De verdad?- asentí, ella sonrió- ¿No te parece increíble todo esto?

-Más de lo que te imaginas.- contesté- Pero me hace muy feliz, todo.

-A mí también.- dijo.

Nos quedamos unos segundos en silencio, simplemente mirándonos, sonrientes, felices.

-Eso la semana que viene, ahora... Deja que te bese un rato.- dije, juntando sus labios con los míos.

-Hazme lo que quieras.

Me separé de ella, nuestros ojos conectaron en ese momento, y mantuvimos una especie de conversación a través de ellos.

-¿Qué? Estoy embarazada, no invalida, y estoy...- se quedó callada de golpe.

-¿Cómo estás?- pregunté con una sonrisa pícara, viendo cómo se sonrojaba.

-Tengo ganas desde hace días.- dijo, pasando una mano por mi brazo.-¿Te apetece o no?

No contesté, sólo volví a acercarme a ella, besándole con ganas.

Se puso encima de mí, haciendo que nuestras caderas chocasen, sin separarnos ni un centímetro.

Me pareció escuchar un sonido, pero lo ignoré.

Volvió a sonar, lo identifiqué en seguida como el timbre de la puerta.

-No pienses en eso.- dijo Julia- Mírame...

-Perdona.- giré la cabeza hacia ella, nuestras narices quedaron pegadas, le oí jadear prácticamente en mi boca.

Mis manos pasaron de sus caderas a sus muslos, acariciando su piel desnuda, y volviendo a subir.

Pero cuando fui a quitarle prácticamente lo único que llevaba puesto- la camiseta- el timbre volvió a sonar.

Suspiró y se dejó caer a mi lado, frustrada.

-Ve a ver quién es.- dijo.

Me levanté lentamente, estaba vestido con unos pantalones de pijama, por lo que simplemente salí de la habitación y crucé el pasillo hacia la puerta.

Abrí y me encontré a Dave tras esta.

-Vengo a interrumpiros el folleteo, lleváis días que ni se os ve el pelo.- dijo, sin más, entrando como si estuviese en su casa- ¿Y Julia?

-Aquí.- apareció por el pasillo ya vestida con ropa de calle, corrió hasta Dave y le abrazó con fuerza.

-¿Qué tal?- preguntaron a la vez, y al darse cuenta de eso se rieron.

-Ya veo que vosotros genial.- dijo mi amigo con picardía- Yo todo bien, sólo que como no me hacéis ni caso, he decidido venir a invadir vuestra casa.

-¿Cómo?- pregunté.

-¿No te lo he dicho?- Julia se acercó a mí- Hace unos días me pidió quedarse aquí toda la semana que viene.

Sólo entonces me fijé en la bolsa que llevaba Dave en sus manos.

-¿Por qué me entero siempre de todo el último?- pregunté, fingiendo estar molesto, pero me salió una sonrisa- Ven aquí, Davuco.

Vino hasta mí y me abrazó, dando vueltas sobre nosotros mismos.

-Genial, ya estáis otra vez...- comentó Julia, cuando nos acercamos, antes de girarse hacia Dave- Siempre me robas el novio, no vale.

-Me alegra ver que todo está como siempre.- dijo él, mirándolo todo- Supongo que yo duermo en el sofá.

-Supones bien.- contesté.

-Espero que no hagáis mucho ruido por las noches, entonces.

-Ven, te he reservado sitio para que dejes tus cosas.- dijo Julia, interrumpiendo aquella conversación.

Me reí al ver a Dave hacer gestos poco discretos en mi dirección. Si algo me encantaba era estar los tres juntos.

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Este capítulo es un poco... meh
Pero bueno, tengo algo pensado para estos tres en el siguiente capítulo...👀🖤

PD: siento muchísimo no haber subido capítulo ayer

Hasta Perderlo Todo -julright-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora