Hasta Perderlo Todo -julright-

26. Abrázame tan fuerte que duela

Narra Julia

Dí un último sorbo a mi café y tiré el recipiente de cartón a la primera papelera que encontré, sin frenar.

Había oído muchas veces aquello de que abril es uno de los meses más lluviosos del año, pero no recordaba haber visto llover tanto desde hacía mucho tiempo, y todavía faltaba la mitad del mes.

Las cosas iban, por lo general, bastante bien desde la boda de María.

Tras unas cuantas semanas saliendo con Carlos, terminé mudándome a su piso. Algo precipitado, quizá, pero de todas formas iba a quedarme sola en mi piso, ya que Dave se iba a trasladar con Marilia y Sabela por temas de transporte, trabajo y alquiler.

Por lo cual, yo acabé con Carlos en su piso, y aunque solamente llevábamos un mes conviviendo juntos, podía asegurar que era de las mejores decisiones que había tomado en la vida.

Entré rápidamente y fui a cerrar la ventana del salón, llevaba un rato ya pensando en que no debería haberla dejado abierta.

Entonces me di cuenta de que las llaves de mi novio estaban sobre la mesa.

Avancé hasta el dormitorio preguntándome si estaría en casa o se las habría dejado al irse, y entonces le vi.

Estaba tumbado bocabajo con los ojos cerrados.

Fui hasta él y le giré, entonces los abrió.

-¿Cómo es que has vuelto tan pronto hoy?- pregunté, viendo cómo se incorporaba, quedando sentado.

Pero apenas unos segundos después se llevó una mano a la cabeza, mareado, y volvió a tumbarse.

-No te ido a trabajar, estaba cansado.- respondió, pasándose la sábana por encima.

Me quedé unos segundos observándole, tenía mal aspecto.

Estornudó y yo no pude evitar que me diese ternura verlo tan empequeñecido.

Le puse la mano en la frente, y entonces sí que me preocupé.

-¡Estás ardiendo!- exclamé.

-Juls, ahora no me apetece, si quieres puedes ponerte...- le tapé la boca con la mano antes de que terminase de hablar.

-¿Puedes no decir guarradas? Esto es serio, tienes fiebre.- dije.

-Ven aquí conmigo...- suplicó, acurrucándose aún más en la cama.

-Ni de coña, nos vamos al hospital.- dicté, cogiéndole de la mano para que se levantase.

-No.- dijo, alargando mucho la o.- Estoy cansado, ya está.

-¿Te duele la barriga?- pregunté.

-¿Qué voy a estar, embarazo?- contestó con sarcasmo, antes de que le diese la tos.

-Carlos...

-No, no me duele.

Me quedé embobada al oír su voz de bebé, pero apenas dos segundos después volví a la realidad.

Fui hacia la cocina y cogí un termómetro, Ibuprofeno y agua.

Me senté al borde de la cama y le obligué a él a hacer lo mismo.

Le miré mientras se tomaba la pastilla junto al vaso de agua, y en ese momento oí el pitido del termómetro.

-Tienes treinta y siete coma nueve de fiebre...- dije, pasándole la mano de nuevo por la frente.

-Podría ser peor.- dijo- ¿Puedo tumbarme ya?

Lo pensé un momento y finalmente asentí muy, antes de ir hacia él.

-Estoy preocupada por tí.- dije.

-¿Sabes qué puedes hacer para que me sienta mejor?

-¿Qué?

-Abrazarme.- contestó, tirando de mí para que me acurrucase a su lado.

-Me vas a contagiar.- dije al cabo de unos minutos, dejando caricias en su pelo.

Pero él no contestó, cuando subí la vista para verle me di cuenta de que se había dormido.

Pese a todo seguí ahí, abrazándole y confiando en que fuese suficiente y al despertar se sintiera mejor.

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Subo esto antes de irme :)

Es algo corto e insignificante en relación al resto de la historia, pero me gusta, me da ternura este capítulo.💖

Gracias por leer, hasta pronto.✨

PD: ya 9K! GRACIAS