38. No sé lo que buscas

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Narra Carlos

-¡Sorpresa!- Julia se llevó las manos a la boca, sorprendida, yo me acerqué a ella y le di un rápido beso en la mejilla.

-¿Pero y esto? Qué cabrones sois...- dijo, mirándonos a todos.

No habíamos hecho gran cosa, sólo reunir al grupo, pero por su cara de ilusión habría hecho cualquier cosa.

-Venga empecemos, no os cortéis, mañana vais con gafas de sol a trabajar y arreglada la resaca.- dijo María, llamando la atención de todos.

Julia se tensó un momento, aunque no entendí por qué.

La observé mientras sus ojos pasaban de unos a otros, buscando algo.

-¿Marilia, puedes venir un momento?- se dirigió a mi hermana pequeña, sonriendo.

-¡Claro!- ella se levantó de la silla en la que estaba sentada, y juntas desaparecieron por el pasillo bajo el asombro de todos, para volver apenas dos minutos después.

África le acercó un vaso a mi novia, pero Marilia lo cogió y se lo bebió de un sorbo, bajo la atenta mirada del resto, que tenían la boca abierta.

-Yo creo que lo mejor es que primero cenemos.- dijo la más pequeña.

-Con la comida se bebe, Marilia.- dijo Damion.

-Hagamos un juego...- insistió ella- quien beba algo tiene que dejar cinco euros en la mesa, y luego, el que aguante más tiempo sin beber, se queda con el dinero.

Julia le dió un leve codazo del que nadie pareció darse cuenta, salvo yo.

La mayoría de negó, pero después de que insistiese, Marilia consiguió que le hiciesen caso, al menos durante lo que duró la cena, pues después dijeron que estaban hartos del juego.

Igualmente, les lió a todos para que esperasen a la tarta y los regalos, momentos que Julia y ella se encargaron de alargar lo máximo posible.

Pero no tardó en descontrolarse todo, aunque no demasiado tiempo.

En aquel momento, Alfonso, África, Famous, Dave, Damion, Noelia y Joan se habían ido. Tenían cosas importantes al día siguiente y no podían estar de resaca.

Alba y Natalia se fueron rato después también, y se llevaron con ellas a María, que había bebido demasiado para conducir, y a Sabela, que estaba cansada.

De modo que sólo quedábamos Miki, Marta, Marilia, Julia y yo.

-Yo me voy ya, ¿Marilia, te llevo?- dijo Miki, cogiendo su chaqueta de la entrada.

-No.- respondió ella- no puedo irme hasta que...

-Ya está, ya está.- Julia llegó hasta ella y le susurró algo más al oído que no llegué a escuchar.

-Vale Julita.- cuando fue a levantarse se cayó de nuevo al sofá, lo que le provocó una risa por la cantidad de alcohol ingerido- Pasadlo bien, los tres.

Fruncí el ceño y Julia cogió a Marta del brazo.

-No si... Marta ya se iba, nos quedamos los dos solos.

-Ya pero...- antes de que pudiese continuar, mi novia le puso una mano en la boca- Ay perdón, ya me callo.

Mientras tanto Miki me observaba como si quisiese sacarme algo, pero yo no tenía ni la más remota idea de lo que estaba pasando.

-Adiós pareja.- dijo Marta, haciendo un gesto con la mano para que los otros dos le siguesen- dormid un poco, anda.

Julia se rió, asintiendo.

Y finalmente nos quedamos a solas.

Me acerqué a ella y le besé, ella correspondió rodeándome el cuello con los brazos.

-¿Te lo has pasado bien? Te veía un poco seria.- dije, haciendo un puchero.

-Estoy bien.- contestó, sonriendo.

Tenía un brillo diferente en los ojos, no sabía explicarlo.

-¿Qué pasa?- preguntó.

-Estás muy guapa.- respondí, abrazándola por segunda vez.

-Tengo algo que contarte.- dijo, de repente- Pero vamos a la cama.

Me separé de ella y la miré, me producía muchísima ternura.

Asentí y la cogí en brazos, ella se quejó al principio, pero acabó dejando un beso sobre mi mejilla.

-¿Sabes? Me encanta esto.- dije, una vez estuvimos ambos tumbados y con el pijama puesto.

-¿El qué?- preguntó.

-Nosotros. Es como...- paré apenas un segundo, pensando en todo aquello que iba a decir- como que no necesitamos nada más que el uno al otro, el resto sobra. Me encanta estar así, los dos solos, tú y yo.

Le miré, estaba seria.

-¿Qué pasa?- pregunté.

-Nada, no sé...- se quedó callada, mirando al techo.

Apagué la luz, y entonces recordé algo.

-¿Qué tenías que decirme?

-Nada importante, vamos a dormir.- dijo, girándose para que le abrazase por la espalda.

Me pegué a ella y dejé un rastro de besos desde su oreja hasta su cuello.

Dejé caricias en sus brazos, su abdomen y luego pasé a su vientre, pero en cuanto aquello ocurrió, escuché un sollozo.

-Juls... ¿Qué te pasa?

-No lo sé.- contestó- la emoción de la fiesta, supongo.

-No me lo creo.- dije, incorporándome.

-Vamos a dormir, por favor.- suplicó, haciendo que me tumbase de nuevo, y apoyando su cabeza en mi pecho.

Le rodeé con mis brazos, y sin decir nada más, pude notar cómo mojaba de lágrimas mi camiseta, para después sumirse en un profundo sueño.

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Este capítulo me da penita... 🤧

La verdad es que es una mierda, pero bueno, es lo que tengo xd

No draméis demasiado, se vienen cosas bonitas.❤️

Hasta Perderlo Todo -julright-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora