23. Déjame ser

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Narra Julia

-¿Entonces al final nada?- preguntó Natalia, observándome atentamente.

-Nada de nada.- respondí.

-¿Y eso?- Marta se unió a la conversación- Ya pensaba que nunca lo conseguirías.

-Debió de pillar la indirecta.- dijo Natalia.

-Bueno sí... Aunque también hablé con él, no terminó tan mal como pensaba.- continué.

-¿Pero habéis quedado como amigos?- Marta frunció el ceño.

-No, nada.

-Pues mejor, qué pesado.- dijo Carlos.

-¡Carlos!- exclamé, dándole un golpe en el hombro, él sólo se rió.

-Entonces... ¿Iréis juntos a la boda vosotros dos?- preguntó María, señalándonos.

-No.

-Sí.- respondió él, a la vez que yo.

Nos miramos unos segundos.

-Déjame ser tu acompañante...- suplicó, acercándose a mí y dejando un beso en mi cuello.

-Eh...- sentí cómo me temblaba la voz cuando dirigió sus labios a un punto en concreto.- Recuerda lo que hablamos...

-¡No vale añadir cosas ahora!- exclamó, separándose de mí.

Me reí al ver su expresión.

-Bueno vale, pero si yo tengo que cumplir tus condiciones, tú tendrás que cumplir la mía.- añadió.

-¿Y cuál es?- pregunté.

-Nada de citas con nadie, y eso incluye ir sin pareja a la boda.

Le observé unos segundos.

-Me parece bien.- dije, y el sonrió, dejando un beso sobre la comisura de mis labios.- ¡Carlos! Nada de besos...

-Eso no cuenta como beso, y lo sabes.- contestó, sonriendo inocentemente.

Rodé los ojos y me giré hacia el frente, dónde Natalia, María y Marta nos miraban con una sonrisa.

-¿Por qué no os coméis la boca y ya?- preguntó ésta última.

Carlos se puso a aplaudir.

-Muy bien Martuca.

Natalia me cogió la mano por encima de la mesa, riendo, yo suspiré, tratando de evitar que una risa se escapase también de mis labios.

-Chicos, yo me voy, que he quedado con África.- dijo María, levantándose.

-¿En su casa?- preguntó Marta, a lo que la rubia asintió.- Pues yo he quedado con Damion y Famous allí.

María frunció el ceño, pero enseguida cogió a Marta del brazo y juntas se fueron, hablando animádamente.

Poco después nos levantamos el resto también.

-Ya nos veremos, cómo dices tú...- dijo Carlos.- Y sino, te recogeré el sábado temprano en tu casa para irnos juntos.

-Pero si ya te he dicho que no voy a ir contigo.- repliqué.

-Ya pero... María te pidió que estuvieses con ella, ¿no?- preguntó, a lo que yo asentí.- Pues resulta que también me lo dijo a mí, Marilia y Sabela.

-Qué cabrona, yo quería presenciar su ataque de pánico.- intervino Natalia.

Me reí.

-En realidad, yo creo que estará tranquila, es María.

-Como sea... A las ocho estaré allí, tienes que estar preparada, aunque te puedo ayudar como en el probador...- dijo Carlos, con cara de pícaro.

-Hasta entonces, pesadilla.- dije, dándole un abrazo rápido.

-¡Te quiero!- gritó mientras se alejaba corriendo.

-Os veo muy bien.- comentó Natalia cuando comenzamos a andar.- Pensaba que le habías dado calabazas.

-No se rinde fácilmente.- me encogí de hombros.

-Porque te quiere de verdad, no como otros...

-Ya...- dirigí mi mirada al suelo- Pero eso es justo lo que me da miedo, el otro día me pidió indirectamente que me casase con él, varias veces.

Natalia abrió mucho los ojos.

-¿¡En serio!?

-Y tan en serio...

-Pero eso es muy tierno, Julita.

-Y muy precipitado.- repliqué.

-En eso tienes razón.- dijo ella, metiéndose las manos en los bolsillos- En realidad, creo que estás haciendo bien las cosas.

-¿Ah sí?- sonreí.

-Sí... Picar a Carlos es muy divertido, y sé dentro de poco cederás y seréis felices.

-¿De verdad lo crees?- pregunté.

-Nunca he visto a nadie sonreír tanto como a vosotros cuando estáis juntos, así que sí. Vais a ser muy felices, Julita.- dijo ella, en tono sincero.

Aquella charla con Natalia era justo lo que necesitaba.

Por primera vez en mucho tiempo tenía esperanzas y era feliz.

Sólo esperaba todo fuese bien.

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Gracias por leer.💙

Ay, el próximo capítulo...

Hasta Perderlo Todo -julright-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora