Again ⇝ Charlie Weasley ✔

C A T O R C E

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C O N F E S I O N E S

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El pelirrojo se recargo en una encimera y yo me senté en una silla. Me miró con el ceño fruncido y una mano en su barbilla.

—¿Cómo lo haces?— preguntó de pronto.

—¿El qué?

—Intento hacer que te sonrojes o te trabes al hablar pero no lo consigo. Es todo lo contrario, tu me provocas todo eso... y más.

Reí. Aunque me sentí avergonzada.

—No lo sé, ya no soy tan sensible y controlo muchas de mis emociones.

—¿Qué es lo que me ibas a decir esa noche?

De pronto me puse nerviosa y miré mis zapatos.

Me quedé en silencio un largo momento debatiendo internamente si debía decirle o no.

Me puse de pie y recargue ambas manos en una encimera mientras miraba por la ventana.

—Es algo estúpido, pero Tonks insiste en que te lo debo decir.

—Nada de lo que digas es estúpido, y si no me quieres decir está bien.

No lo miré, si lo hacía no podría decirle. Dejé salir un largo suspiro y miré mis manos. Escuché a Charlie dar un par de pasos hacia mi.

—Cuando aún estábamos en Hogwarts, y yo estaba en quinto y tu en séptimo le confesé a Tonks que estaba enamorada de ti desde que estaba en tercero— hablé rápidamente y me di la vuelta para verlo.

Reí tontamente después de decirlo. Miré a Charlie quien me miraba como si hubiera abierto la caja de pandora. Él no reía y eso no me gustaba.

Al momento sentí mucha vergüenza y mis mejillas se tornaron de un color rosa.

No sabía a dónde mirar y mi mejor opción era salir corriendo y fingir que nunca dije aquello.

—¿Por qué no me lo dijiste nunca?

Reí con sarcasmo.

—¿De verdad? Tú, el capitán y cazador del equipo, el prefecto, el que tenía una infinidad de chicas atrás... me gustaba mi dignidad. Pero como sea, te dije que era algo estúpido.

Traté de restarle importancia, aunque sí era importante para mi.

—También le confesé a Tonks que me gustabas— soltó de repente.

Esta vez yo lo miré como si descubriera los secretos de la caja de Pandora.

—¿Qué?

Charlie se pasó una mano por la cara, no sé si se sentía frustrado o algo así.

—Tonks y tu eran buenas amigas a la vez que Tonks era mi mejor amiga— suspiró— un día te vi con ella, cuando ibas en segundo y desde entonces no dejé de mirarte. Te veía en la biblioteca cuando estudiabas, en el gran comedor, con tus amigas, siempre lo hacía. Le hice jurar a Tonks que no te dijera nada.

—¿Por qué nunca me dijiste? Éramos buenos amigos y pasábamos mucho tiempo juntos.

—No lo sé. Sentí que eras demasiado perfecta para alguien como yo y no quería perder tu amistad. Saliendo del colegio me fui a Rumania y creí que podría olvidarme de ti, pero cada vez que Tonks me mandaba una carta... ella te mencionaba y sólo eras tu.

Lo miré perpleja. Jamás hubiera imaginado aquello.

Me di cuenta que mi respiración era irregular por lo que decidí desviar la mirada.