Tres

2.6K 330 120
                                    

La comida estaba buena. El problema es que fue muy poca y al terminarse el plato no vio que la muchacha tuviera intenciones de darle más (tampoco se le ocurrió como pedirle más). La vio levantarse y dejar los utensilios en el lavaplatos, para desde allí quedarsele viendo en actitud de análisis. Que los ojos de esa mujer lo examinarán así de insistentes, comenzó a molestarle al dios quien, iba a saltar de la silla cuando ella le habló.

-Usas ropas, intentaste escribir y tomar la cuchara- señaló tranquilamente- Quiere decir que podías hacerlo. Debes de haber podido caminar también, por algo lo intentas y quizá hasta hablar.

Eres lista! Dime algo que no sepa y te doy un premio, chica"

- Es obvio también que no eres de este mundo. Podrías ser algún ser extraterrestre o un ser elemental u onírico- continuo la muchacha-De hecho me recuerdas a una deidad egipcia. Debes tener algún nombre...

"Me llamó Bills. Para ti soy el señor Bills...¡Olvídalo! No puedes oírme "

Sus diálogos con esa muchacha eran un soliloquio en su cabeza nada más y estaba empezando a fastidiarlo.

-Quiza estas en estado de Shock y por eso perdiste algunas facultades- prosiguió Mary, ganándose la atención de Bills.

La muchacha caminó hasta un mueble, en la sala, de donde extrajo una caja blanca. El dios salto al piso para seguirla. Tenía curiosidad por ver que haría y para su desilusión, sólo la vio sentarse en el piso y comenzar a limpiarse la herida que él le hizo. Se quedó sentado a un metro de ella. Obviamente no sentía ningún remordimiento por haberla lástimado ni algo semejante, solo que tenía un extraño deseo que lo llevó a acercarsele con cautela y lamer aquella herida.

-¿Qué haces?-le preguntó la muchacha algo exaltada.

Aunque hubiera podido hablar, no hubiera sabido que responder a esa pregunta. Bills tenía idea de porqué hizo eso.

-No te preocupes. Fue solo un rasguño. Es superficial. Además soy un aprendiz de doctor. Curar heridas es algo que se hacer muy bien.

La muchacha lo miro, él la miraba también.

-En serio necesito saber tú nombre. Tengo que referirme a ti de alguna forma ¿No? Y ya que tu no me lo puedes decir Creo que debo buscarte uno nuevo-hizo una pausa para pensar-¿Qué te parece...felpudo?

¡¡Suena horrible!! ¡Me llamo Bills!

-No, no se oye bien. Además es como para un gato peludo y tú no tienes pelo.

¡¿Me estas llamando pelón?!

Un maullido de desagrado escucho Mary y se sonrió.

-¿Qué tal...zeus?

Me llamo Bills

-No tampoco ¿Qué te parece púrpura? No como que ese es de gata.

"¡Deja se ponerme nombres tontos! ¡Me llamo Bills! ¡Bills!... el Supremo Kamisama transmite sus pensamientos ¿Cómo lo hará? Si me concentro tal vez, esta chica, me escuche. Me llamo Bills me, llamo Bills..."

Fue inútil la muchacha continuo con su lista de nombres hasta que pareció dar con el indicado.

-¡Anubis!-exclamó Maty y se levantó para ir por un libro.

Regreso después para arrodillarse y enseñarle una ilustración donde aparecía una imagen de aquel ser.

-Es él, una deidad del Egipto antiguo. El dios de la muerte-le explico.

Si era el nombre de un dios,
entonces estaba bien. Como no había ninguna señal de hostilidad, Mary asumió que él lo aceptaba. Feliz con ese logro intento tocarlo, pero Bills, se aparto. La muchacha suspiro resignada.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora