cuarenta

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-No hay nada de que hablar, Mary-le dijo el dios.

-no quieres que me vaya,pero tengo que volver.

-¿por qué no querría que te fueras? Eres una mortal que está en mi casa sólo porque...

-¡deja de ser tan pretencioso! ¡aquí no hay nadie a quien debas impresionar!-le dijo la muchacha poniéndose de pie.

Mary podía haber estado convertida en un gato,pero seguía teniendo su conciencia humana y eso le permitió observar a esos tres de una forma distinta. Bills dejo de ser un gato grande para ella y prestó atención a como interactuaba con los demás. Era un ser dominante,acostumbrado a mandar,ser obedecido y a recibir todo lo que solicitaba. Era seguro de si mismo al punto de caer en la arrogancia. Fácilmente podía deducir que su trato a los seres por debajo de su posición,debía ser bastante despreciativo y demandante. Sin mencionar que era muy pretencioso,caprichoso y egoísta. Lo que le gustaba lo consideraba suyo y se negaba a compartirlo;podía ser una comida,una bebida,algún objeto o una persona y resultó que Mary descubrió que él,la consideraba algo de su propiedad aún cuando entendía que no era así y no podía retenerla allí contra su voluntad.

Bills se miro en los ojos marrones de Mary,la muchacha lo sujetaba de la muñeca probablemente buscando un soporte,pues aún le era difícil sostenerse en píe. Se sentó para que ella,no hiciera más esfuerzo. Sabía cuánto dolían las piernas,las caderas y la espalda al estar en ese estado. Quedó ahí frente a la muchacha, que con una mezcla entre la gravedad y la ternura le veía tranquilamente.

-te has apegado mucho a mi-le dijo la muchacha-y tamarle cariño a alguien no es algo que tú suelas hacer ¿verdad?

Bills no respondió. Se sentía como esa vez que ella lo ayudó a bañarse por primera vez. Una mezcla de vergüenza con algo que no podía definir,empero sólo apoyo el rostro en su mano y se quedó quieto ahí.

-Bills,mírame...Vamos deja de actuar como un niño regañado y mírame.

El dios la miro de mala gana y ella se sonrió. No estaba seguro de como,pero esa muchacha lo sabia. Era obvio que lo sabía,en alguna palabra o algún gesto él, se delató. Nada de eso. Él fue muy evidente desde el principio y ni siquiera fue muy consciente de ello. Cuido con esmero de ella. Cuido de ella olvidándose un poco de si mismo. No pensaba en obtener beneficios de sus acciones,de hecho la dejó en manos de Shin porque pensó que él,la cuidaría mejor,pero Mary lo siguió. Ella lo siguió eso significaba que...

-tambien te he tomado mucho afecto,Bills-le dijo ella -imagino que en este pequeño mundo y en compañía sólo de Whis y ese pez que habla,te la vives muy cómodo ¿no?. Formar relaciones con otras personas es difícil sabes...A veces quieres más de lo que deberías querer o menos de lo que a ti te quieren. Quieres a quienes no te quieren u otras te quieren quienes no quieres que te quieran...

-¿qué clase de trabalenguas es ese?-exclamó el dios.

La muchacha río.

-vez lo complicado que es-le dijo Mary riendo-quiero volver. Mi vida está allá. No quiero perderla como se que tú tampoco quieres perder la tuya.

Bills se dejó caer de espaldas cruzando los brazos tras la cabeza. La vida de un dios se le hacía cómoda y bastante gratificante. Nada lo preocupaba realmente allí. No necesitaba nada realmente o eso pensó, hasta que conoció a esa mujer que le recordó esa vida mortal arrebatada por el tiempo,pero también por él mismo que una vez que se hizo dios,dio esa vida por olvidada porque ya no tenía valor para él. Porque no quería recordar lo que tuvo y lo que no tuvo simplemente porque le causaba dolor y él no sabía lidiar con esos dolores.Ese pasado lo hacía sentirse vulnerable. Se despidió de todo eso como quien arroja una página arrancada de un libro a la basura. Pero al hacerlo,sin darse cuenta,se deshizo de cosas que para él,eran valiosas como el recuerdo de su madre o de su infancia en compañía de su hermano o ese sueño que tenía de niño,ese anhelo que surgió por esa vida que llevo y por el cual, literalmente,se partió las manos  por lograr ¿qué quería Bills en ese tiempo? ¿lo obtuvo? ¡si,lo obtuvo! ¡lo consiguió de una forma inesperada y con un alto costo! ¡pero lo obtuvo! ¡era suyo! ¡y no! ¡no iba a perderlo por ningún motivo! Ahora lo dependería con más ganas que antes porque recordó cuanto le costo,cuanto sacrifico para lograrlo y lo que debía seguir pagando para preservarlo. Se volvió a sentar y miro a la muchacha a su lado. Le levantó un poco el rostro, poniendo sus dedos en la barbilla de la muchacha y luego se sonrió.

-volverás a tu hogar,Mary-le dijo.

¿La quería? Si. Pero ni ella sería un impedimento para vivir su vida de la forma en que a él, le gustaba. La levantó en sus brazos y volvió con ella a la sala. Le dijo que esperará ahí y entró a la cocina para buscar al Supremo Kaiosama. Del brazo lo saco fuera y lo hizo llamar a Whis. El ángel llegó rápidamente al lugar con bastante desinterés en cual fuera el asunto.

-¿para que nos reunió,señor Bills?-le pregunto Shin.

-para terminar con las vacaciones de ustedes dos-les dijo  el dios.

-¿vacaciones? ¿de que está usted hablando señor Bills?

-de que eres un ángel Whis,no el Supremo Kaiosama,ese es este que esta ahi-le dijo Bills-y este juego idiota termina ahora.

-pero no...

-¡deja de fingir Supremo Kaiosama!-le gritó el díos-tú nunca has querido aprender a usar ese cetro realmente. Querías estar cerca de esa muchacha, por las razones que tengas y para ello me llevaste con ella. Tomaste una crisis y la volviste oportunidad ¡felicidades! ¡ahora resuelve esto para que esa muchacha,por la que tanto dices preocuparte, vuelva a su vida!

Shin lo miró algo desconcertado, pero era verdad. Descubrió así que estaba siendo egoísta. La verdad es que él,quería estar cerca de Mary,pero al entrar en ese cuerpo surgieron otros intereses,después de todo estaba en posesión de uno de los seres más fuertes del universo. Nada malo pasó por la cabeza de Shin, pero se sintió muy mal por sólo considerar aquello y la verdad extrañaba vigilar su universo.

-Bien...lo voy a intentar-dijo al fin.

Dos intentos le bastaron a Shin para cambiar de cuerpo y volver a la normalidad. Seguramente no lo hubiera hecho en los primeros días de ese incidente,pero unas dos semanas después quizá si.
Whis estaba de regresó y se lamentaba un poco por ello. Le gustaba ser un Supremo Kaiosama. No tenía que atender a Bills y si lo atendían a él. Sin mencionar que podía corregir ciertas cosas del universo sin tener que insinuarlo,sugerirlo o comentarlo para ser ignorado.
No iba a postergar aquello para siempre,pero si tanto como pudiera. Lo dijo sin vergüenza alguna delante de los otros dos.

-¿si? Que bien-le dijo Bills-ahora ve y ayuda a Mary.

-claro,pero lo primero es lo primero-dijo Whis y con ayuda de su cetro le quitó los restos del hechizo que Bills tenia encima-ahora será mejor que me acompañe.Supremo Kaiosama ¿podría quedarse con la señorita Mary un momento? El señor Bills y yo tenemos un asunto que atender

-si claro...

Dicho eso el ángel se fue llevando al dios con él.

Shin volvió dentro para encontrarse con Mary,que sentada en el sillón lo miro como si fuera la primera vez que lo viera.

-el señor Bills y...

-fuiste tú-dijo ella con asombro-eras tú quien me visitaba en el hospital...

El Supremo Kaiosama, quedó algo desconcertado ¿como noto ella que Whis ya no estaba en su cuerpo?Era sólo cosa de actitud, de postura,de verse en esos ojos oscuros para notar la diferencia. Claro que Shin no veía eso.

-Si,Mary...era yo-le dijo algo avergonzado por su actitud y porque se sentía,de algún modo, responsable de lo que ella estaba pasando.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora