treinta y cuatro

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-No quiero ofenderlo,pero no creo que sea una buena idea que usted cuide de ella-le dijo Shin.

-¿por qué no? ¿crees que no soy capaz?-inquirió Bills.

-porque cuidar una mascota requiere tiempo,cuidado y cariño. Tres cosas de las que usted no sabe nada-le dijo Whis.

-¡dije que la voy a cuidar y eso haré! Además es un pez. No saldrá de su acuario a caminar por ahí y se perderá,ademas ¿qué tanto trabajo puede dar?

-bueno si quiere hacerse responsable de ella, no se lo impidiere,pero recuerde que es la señorita Mary y no su desayuno-le dijo Whis alarmando al Supremo Kaiosama.

-¡no me la voy a comer!-le gritó el díos algo molesto.

-a mi no me molestaría cuidar de ella,Señor Bills ¿por qué no lo deja en mis manos?

-¡les dije que no! ¡ella es mía!-les grito dejando a su ángel y a su enlace de vida algo desconcertados.

Ninguno hizo comentarios. Shin busco a Padam y Whis los teletransporto de vuelta al templo del destructor. El dios parecía haber recuperado el dominio de su cuerpo. Había estado de pie desde que golpeó a Lao y la forma en que se sentó también dejaba ver que al menos su cuerpo estaba recuperado. Descansaba en el sofá con los brazos en el respaldo y las piernas cruzadas mientras contemplaba la pecera en la mecita a sus pies.

Mary era un pequeño y gracioso pez dorado, que a momentos daba pequeños saltos. Quizá estaba asustada,pensaba el dios. Él estaba aterrado cuando descubrió no podía moverse como de costumbre o hablar. Ella debía estar aún peor,pues todo su cuerpo cambio y pasaba de ser una chica humana a un pequeño pez en una pequeña pecera,pero tal vez su conciencia era sólo la de un pez y eso sería lo mejor.

-que bueno que volvieron-les dijo el pez oráculo que había bajado a verlos en su peculiar forma-estaba empezando a sentirme bastante aburrido ¿qué tienen ahí?

La atención del pez oráculo fue capturada por entero por aquella pecera,que descansaba justo a los pies de Bills.

-¿qué tanto estas mirando?-le pregunto Bills,con una mirada aterradora.

-¿quien es ella?-le pregunto el pequeño pez.

-ella es la señorita Mary y aun que no lo creas, es una muchacha humana que cambio de aspecto por un hechizo. Es muy importante para el señor Bills y por eso él mismo la cuidará-le dijo Whis.

-oh ya veo.Se me hace muy bonita-dijo el pez oráculo acercando a la pecera de Mary.

-ni siquiera intentes ponerle tus aletas encima,pez pervertido-le advirtió Bills y levantó el acuario bruscamente.

Al hacer eso agito las aguas y Mary se dió unas vueltas involuntarias en la pecera. Le advirtieron que no hiciera eso y bajo el objeto con más cuidado, pero cuando Padam salto a la mesa volvió a levantar la pecera con brusquedad.

-¡cuidado! Si la sigue agitando así terminara por lastimar a la señorita Mary-le dijo Shin en un tono bastante severo.

-pues tú tienes la culpa por traer a ese inmundo animal hasta aquí.

-¡es la mascota de la señorita Mary! No podía dejarlo solo en ese lugar. Si al volver ella, no lo encuentra estará muy triste-le dijo Shin.

De eso no había duda alguna. Así que Bills no discutió el asunto.
Whis dijo que volveria al planeta supremo y Shin...Bueno él tendría que ocuparse de Bills, como cualquier ángel,cosa que hasta ese momento no había hecho y vaya que fue toda una experiencia ese primer día.

¿Whis o Shin? Le daba igual al dios destructor. Quien fuera su asistente tenía que atenderlo simplemente. Shin sabía cocinar. No platillos muy elaborados, pero si bastante buenos.S9lo que el concepto de "abundante", él y Bills lo entendian de dos formas muy distintas. El supremo kaiosama nunca había cocinado tanto en su vida,menos bajo la presión constante de alguien y de alguien como Bills peor.

-no era lo que esperaba-fue el frío comentario de la deidad que puso a Mary, sobre la mesa antes de empezar a comer-vas a tener que mejor bastante Supremo kaiosama...

-si señor Bills-respondió él, tímidamente,pero entonces recordó algo-pero en casa de la señorita Mary comía menos que esto y nunca se quejó. Ni siquiera después de que recupero el habla...

Bills miro a Shin y luego al pecesito dorado junto a él,en la mesa. Al principio la comida se le hacía muy poca,pero con el paso de los días lo fue dejando satisfecho aquella ración que en otras ocasiones consideraba un entremés. La comida de Mary lo dejaba satisfecho. No volvió ni volvería a protestar respecto a la comida que Shin haría.

-oye supremo Kaiosama ¿qué come un pez? Creo que ella tiene hambre.

-bueno la señorita Mary le daba un alimento especial a Espagueti, pero a ninguno se le ocurrió traerlo-le dijo Shin y pensó un momento-pero usted tiene muchos peces aqui ¿qué como el oráculo?

-pues...creo que lo mismo que Whis y yo comemos-le dijo no muy seguro,pero tenía razón.

-tal vez si la dejamos en este acuario-dijo Shin mirando el que tenía a sus espaldas-ella encontrará su propia comida.

-¿no se te hace algo peligroso? Los peces de ahí son muy grandes se la podrían comer-le dijo Bills.

Al terminar de almorzar,el dios recordó que en el jardín habían estanques con peces más pequeños y salieron allí para dejar a Mary en uno de ellos. La pecesito se hundió de inmediato y nado hasta lo más profundo.

-creo que fue una buena idea-le dijo Shin que estaba de rodillas en el borde.

-pues se está tardando bastante ¿no lo crees?

-señor Bills acaba de entrar en el agua-le señalo el supremo kaiosama.

Cinco minutos después el dios salto al estanque y se sumergió en el para salir  con Mary entre las manos, diciendo que comió suficiente y que ese lugar no era seguro. Por la noche la puso en una de las peceras del pez oráculo y se la llevó su cama para ponerla junto a él, aun que siguiendo el consejo de Shin. Rodeo la acuario de almohadas.

-no hace falta que duerma con ella,señor Bills.

-no confío en el pez oráculo ni en ese animal molesto que anda merodeando por ahí-le dijo el dios

-Padam no es peligroso. Sólo tenga cuidado y no la vaya a tirar ¿si?

-si,si,si...¿arreglaste las alarmas para que suenen mañana?

-si o eso creo-le dijo Shin.

-bueno ya vete y déjame dormir.

El supremo kaiosama se despidió y se fue. Por fin un momento a solas con Mary. Se recostó junto a la pecera y puso su uña sobre el cristal,el pecesito acercó su nariz allí. Algo a lo que a Bills, le había tomado gusto era a dormir junto a la muchacha. No como la primera vez cuando pensó en pasarse de listo con ella,sino como las otras veces,cuando había entre los dos un espacio vacío,en blanco y él sentía el calor de ese cuerpo de forma tenue, acogedora; revitalizante.

-duerme bien...chica-le dijo Bills y cerrando los ojos se durmió.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora