Doce

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Bills no tenía como explicarle a Shin lo que había causado, asi que cuando el sujeto llegó y casi echo abajo la puerta solo le tocó esconderse al igual que el Supremo Kaiosama que salió por la ventana.

A los insistentes golpes que Gabriel daba a la puerta, Mary despertó y fue abrir algo aturdida por la fiebre. El muchacho entró como un energúmeno y por poco la tira al suelo al empujarla para pasar hacia a la habitación exigiéndole a alguien salir.

-¿Qué te sucede?-le preguntó Mary.

-No te hagas sé que estaba con otro- le dijo mientras registraba la habitación.

-¿Dé qué estás hablando?

-Te llame para vernos y me contestó un sujeto de nombre Shin, que tuvo el descaro de decirme que estabas en la cama con él.

-¡¿Qué qué?!-exclamó.

-Ahora dime ¿Dónde está? ¿Dónde se esconde?

-Aquí no hay nadie más- le dijo la muchacha.

-No me vengas con esas ¿Acaso crees que soy estúpido?- le cuestionó tomándola con violencia por el codo.

Desde el armario Bills, observó la escena. Ese sujeto le continúo reclamando y la sacudía violentamente enrostrandole su supuesta infidelidad. Pero el dios vio algo un tanto distinto.

Aquella construcción no podría llamarse casa, pero era el hogar que tenía junto a su hermano y su madre. Ella lo escondió a él, en algún lugar con una puerta pequeña a través de la cual podía ver como su madre, se debatía con un sujeto mientras él abrazaba a Champa y se mordía el labio inferior. La escena fue escalando en violencia y al fin no aguanto más y solo salió corriendo hacia ese individuo,
que lo recibió con un puñetazo que lo mando de cara al suelo, lugar desde donde pudo ver como una lluvia de puños y punta pies caía sobre su madre. Sacudió la cabeza, la imágen se fue, pero lo que veía en ese momento no era muy distinta. Por un momento creyó que ese tipo iba a golpearla, mas en ese momento la muchacha le sujeto el brazo y freno la agresión.

-Lárgate- le dijo en un tono bastante amedrentante-¡Largo! ¡Esto acabo aquí y ahora! No voy a permitir que vuelvas a ponerme un dedo encima ¡Nunca más!

-¡Eres sólo un vulgar mujerzuela!- le gritó.

-Tal vez, pero una que no volverás a ver en tu vida ¡Fuera!

-Quedate con ese tal Shin-le dijo Gabriel y se fue dando un portazo.

-¡¿Y quién demonios es Shin?!- grito la muchacha.

Se quedó recargada contra la puerta un momento y mientras Bills salía del armario, la muchacha sonreía jovial, como si se hubiera sacado un peso de encima. Se miró el brazo, las marcas de la mano de su ex-novio quedaron allí con un color púrpura oscuro, pero ella le quitó importancia y riendo tomó un impulso para darse una voltereta en el piso, mas al andar con calcetines resbaló y cayó de espaldas. Se quedó allí un momento. Bills se le acercó por curiosidad. 

-¡Soy libre!- le dijo y le sujeto el rostro al dios- Finalmente soy libre. Bills eso merece una celebración ¿Te gusta la pizza?

"¡Me encanta! ¿Pero estas bien?
Hace unas horas delirabas de fiebre".

Obviamente Mary no escuchó eso y solo se sentó en el piso rascándole, a Bills, tras la oreja. Un escalofrío bajo por la espalda del dios hasta la punta de la cola y término echado sobre las piernas de la muchacha del gusto. Desde esa posición el brazo de Mary le mostraba aquellos nuevos hematomas y comprendió quien le había hecho los que tenía en la pierna.

-Sabes tuve un sueño en que un hombre joven, de piel azulada llegaba para cuidarme- le dijo Mary a Bills- Es la segunda vez que sueño con él.

"Creo que soñaras con él muy a menudo"

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora