Quince

1.4K 229 78
                                    


Mary tomó aquello como lo que era nada más y le hizo una caricia amorosa en la mejilla, al dios que la tolero. No estaba de buen humor.

-Si quieres volver a caminar, puedo ayudarte- le dijo Mary de forma amorosa.

La muchacha se quitó el bolso que llevaba, dejandolo en el piso para ponerse de pie y luego pararse detrás de él. Bills vio como esas manos se cerraban entorno a su torso y sintió un cosquilleo en el cuello al sentir la respiración de la mujer en esa zona. Distraído por esa sensación apenas notó que Mary, lo sostenía de pie y cuando lo hizo quedo algo confundido.

-Voy a soltarte y quiero que te mantengas así, tanto tiempo  como puedas ¿Esta bien? Uno, dos, tres...

Mary se apartó y observó la postura de Bills. Su espalda estaba recta mientras sus piernas permanecían ligeramente flectadas. Estaba parado de puntas, como si no le fuera posible apoyar el talón. Ocho segundos pudo permanecer de pie antes de caer al suelo, en una posición que delataba su frustración. Estaba cansado y se tumbó boca arriba jadeante, maldiciendo al o los responsables de su estado, cuando sintió la mano de la muchacha en su pierna.

¿Por qué me estás toquetiando?

Mary le tomó la pierna izquierda y comenzó a recorrerla con sus dedos. Partió desde la pantorrilla y fue subiendo hasta casi llegar al entrepierna.

¡Hey! ¡Hey alto ahí! ¿Qué pretendes?

-Tu musculatura está bien trabajada- declaró la muchacha.

"Por supuesto que sí. Entreno y jamás como comida grasosa"

-El problema no radica en ellas- continúo Mary y se movió para alcanzar el dorso de Bills- Ni en tu espalda. Yo diría que es un problema de coordinación. Dime una cosa, Bills ¿bebias con frecuencia allá en tu mundo?

Bills la miró algo confundido. Bebía bastante cuando tenía la oportunidad, pero no le afectaba en casi nada y tampoco era algo que hiciera regularmente. Pero en ese momento recordó algo. El día del incidente le pidió a Whis, algo de beber que no fuera cerveza o vino y este fue a la bodega. El ángel volvió con una botella de un licor viejo, con una etiqueta que ni siquiera se podía leer. Lo probó y descubrió era Whisky. Se bebió un vaso o dos justo antes que llegará el Supremo Kaiosama.

La muchacha le había estado hablando respecto a los problemas de coordinación. Bills no escuchó nada y tampoco hubiera entendido. La miraba nada más queriendo preguntarle si podía o no ayudarlo, cuando la puerta sonó y tuvo que saltar al interior del armario.

Mary fue a abrír y sin darle tiempo a nada, Ana entró con una maleta. Caminó hacia la sala y luego se volvió hacia la muchacha.

-Necesito que me des hospedaje. Acabo de terminar con mi novio y me fui de la casa-le dijo al borde del llanto- Solo será hasta mañana que lleguen mis padres de su viaje. Por favor dejarme quedarme.

"Dile que no, no importa si es tu amiga. Si se queda tendré que quedarme encerrado aquí hasta mañana ¡Dile que no!" 

Mary miró hacia el armario y luego a Ana. Se veía tan triste y no podía dejarla sola en la calle, menos a esa hora.

-Bien. Puedes quedarte- respondió Mary.

-Te lo agradezco. Será estupendo haremos una pijamada ¿Puedo llamar a Selena?

-Bueno...

-¡Gracias! ¿Hola? Selena. Noche de chicas en casa de Mary...Si llama también a Elvira.

Bills trato de acomodarse en el reducido espacio del armario, haciéndose a la idea de que pasaría allí la noche entera; incómodo y con hambre.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora