Capítulo 4

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La radio a todo volumen, el sonido de las pisadas de mi hermana corriendo de un lado a otro y el suave aroma a tostadas y café recién hecho hacen que abra paulatinamente los ojos con una sonrisa en el rostro.

Me estiro todo lo que puedo en la cama y escondo mi rostro entre las almohadas ya que la claridad me molesta, nunca duermo con la persiana bajada o las cortinas corridas, me gusta observar el cielo oscuro y con alguna que otra estrella iluminarlo, me gusta porque me produce paz y tranquilidad suficientes como para hacer que me quede dormido.

Aunque siempre acabe arrepintiéndome a la mañana siguiente cuando los rayos del sol bañan toda mi habitación y molesta cuando abro los ojos por primera vez en el día.

Me incorporo en la cama y hago una cuenta atrás desde cinco mentalmente, justo cuando digo cero, Lottie abre abruptamente la puerta y se tira a mi cama.

"Mamá se ha ido ya, ha dicho que me lleves a comer helado"

No pude evitar esbozar una sonrisa, adoraba a este pequeño monstruo que tenía por hermana.

"Lottie dudo que mamá haya dicho eso, ¿sabes el frío qué hace fuera?" enarqué la ceja.

"Mejor, así no se me derrite el helado" sonrió mostrando aquel hueco en el que debía ir una de las paletas.

"¿No tienes deberes que hacer?"

"¿No tienes deberes que hacer?" me imitó poniendo los brazos en jarra.

Solté una gran carcajada a la que se unió ella.

"¿Desayunaste?"

Asintió con la cabeza repetidas veces.

"Bueno, si me disculpas, me voy a levantar para desayunar yo" dije agarrándola por la cintura y echándola al otro lado de la cama para poder ponerme en pie.

Ambos salimos de mi habitación y bajamos las escaleras, en lo que yo tomaba el desayuno, Lottie veía un rato la televisión en el salón.

La mañana pasó tranquila como cada sábado, pero comencé a echar en falta a cierto chico rubio que solía pasar las tardes del fin de semana conmigo.

Ni si quiera me había enviado un mensaje tras la conversación que mantuvimos a noche.

Cerca de las ocho de la tarde, unos golpes provenientes del exterior sonaron en la casa, Lottie que estaba viendo junto a mí una película subió el volumen de la televisión.

"Lou abre tú" 

Rodé los ojos pero acabé poniéndome en pie.

"¿Sí?" pregunté mientras recorría el pequeño pasillo hacia el recibidor.

"Tus amigos" habló Liam.

Abrí la puerta y les saludé al igual que ellos.

"Has estado perdido" le dijo a Niall mientras cerraba la puerta y caminábamos hacia el salón.

"Ya bueno, es que..." sus mejillas se tornaron rojas y me pilló por sorpresa pues Niall no era de avergonzarse por nada, algo había pasado y era el único que no estaba enterado de ello.

"Lottie nos vamos a mi habitación, no molestes" le avisé mientras conducía a mis amigos hacia mi habitación, me tiré en la cama y esperé paciente a que mi amigo rubio contase aquello que le hacía sonrojarse notablemente.

"¿Recuerdas a noche que te hablé de un chico?" comenzó diciendo.

"Amigo de Zayn y mío, es un encanto" continuó Liam.

Miraba a ambos como si se tratase de un partido de tenis y estuviese siguiendo la dirección de la bola.

"Si bueno, tampoco es que entendiese mucho lo que me estuviste contando, a penas decías nada ni respondías mis dudas" me encogí de hombros impaciente por saber a dónde quería llegar.

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