Capítulo 27

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Me acomodé en la cama con las sábanas al lado de mi cuerpo y mis rodillas pegadas al pecho.

La habitación estaba completamente a oscuras y el frío aire de la noche londinense era muy agradable y reconfortante.

Me abracé a mis piernas y después de pensarlo mucho, me animé.

Agarré la nota escrita por Harry a la par que cogía mi móvil.

Con el brillo de mi teléfono volví a leerla.

"Ni una sola vez más, si quieres hablar aquí tienes mi número. Sé qué me odias y que no querrás hacerlo, pero siempre puedes escribir un mensaje y no enviarlo o dejar un mensaje en el buzón de voz que nunca escucharé. Pero ni se te ocurra repetirlo. Sabes de qué hablo omega."

Todo era muy extraño y contra más lo leía menos lógica le encontraba, al principio creí que era una broma, una tomadura de pelo o algo por el estilo pero..., ¿y si se refería a lo que pasó antes en la bañera? no. Imposible ¿Cómo podría saber algo así? mi subconsciente me hacía pensar automáticamente en eso, pero obviamente era un malentendido, tal vez Niall le contó algo o... vuelta a empezar a comerme la cabeza.

Dejé la nota a un lado y con el móvil desbloqueado entré en contactos para quedarme observando el número de Harry que había guardado tiempo atrás, solo por si a caso, me justifiqué.

Sería la segunda vez que llamaría, la primera me sentí tan estúpido que decidí colgar justo cuando él lo hizo y el pitido que daba por finalizada la llamada.

Ahora..., también me sentía igual pero la única diferencia era que ahora era de madrugada, el momento justo en el que tu corazón se abre y tus sentimientos se encuentran a flor de piel. Las noches son momentos en los que las personas son un poco más generosas y dejan conocerse. Eso es lo que me estaba pasando, me estaba dejando llevar.

Me llevé el móvil a la oreja cuando comenzó a dar señal.

Esperé a que la voz avisase que estaba en el buzón pero eso nunca ocurrió.

Un Harry apurado habló atropelladamente y me pilló desprevenido.

"Gracias, me has salvado, de verdad, gracias, te debo una."

"¿Sabes quién soy?" pregunté curioso varios minutos después.

"Sí claro, Louis ¿no?" silencio "uno cincuenta, ojos azules, piel bronceada, voz chillona..., un adolescente pequeño..."

"¡Hey!" me quejé en voz alta, luego recordé que eran cerca de la una de la madrugada y que mi madre y mi hermana estaban dormidas, así que bajé el tono de voz. "No mido eso... y ya tengo dieciocho casi..."

Escuché su risa a pleno pulmón como si lo tuviese al lado.

"Era broma pequeño."

Bufé.

"No lo soy."

El frío llegó a mi cuerpo por lo que me tapé con las sábanas que había dejado a los pies de la cama.

"Por cierto... eh... ¿estás... bien?"

Podía escuchar su respiración desde el otro lado de la línea.

"Sí, sí, ahora sí. Bueno, antes también pero... bueno, da igual ¿qué pasa?"

Me mordí el labio inferior.

"Esto... yo ehm..., te llamaba pero no... no quería hablar contigo."

"Oh" ¿eso que diferenciaba de su tono era desilusión? "vale bien entonces cuelgo y silencio el móvil, buenas noches Louis."

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