Capítulo 57

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Dos años habían pasado desde que Harry y yo comenzamos a salir oficialmente, veinticuatro meses en los que no faltaron los "te quiero" y los "te echo de menos".
Momentos con altibajos, pesadillas y sonrisas, momentos y tiempos en los que siempre estuvimos el uno para el otro apoyándonos, animándonos, queriéndonos y amándonos.

Ahora prácticamente vivía en el piso de Harry y Zayn, mi madre se opuso a ello desde un primer momento y no porque no adorase a Harry, oh desde luego que esa precisamente no era la razón ya que ella literalmente amaba al alfa, sino más bien por el miedo a que volviese a pasarlo mal y sobre todo, miedo a que la dejase de lado, cosa que jamás pasará porque mamá es mi mejor amiga, la mujer más fuerte y valiente que conozco a la cuál admiro demasiado como para simplemente pasar de ella o no volver a hablarle aunque era absolutamente entendible ese miedo y dependencia a uno de sus "cachorros".

De vez en cuando volvía a casa a pasar el día con ella y Lottie, a dormir en mi cama sin el alfa o a veces con él incluso. Momentos en los que los pasábamos en familia como siempre había sido.

Ser el novio de Harry y ser su omega estaba bien, pero también suponían bastantes cosas que al principio eran complicadas de digerir para mí, como por ejemplo asistir a más eventos de etiqueta organizado por Des o famosos que requerían de su presencia.

Harry seguía trabajando en el restaurante de sus tíos para echarles una mano de vez en cuando al igual que yo, siempre reacio a que me pagasen por echar un par de horas al día solo por querer ayudar, no lo consideraba un trabajo así que me negaba a recibir dinero de los tíos de mi alfa. Pero además, durante un par de días y algunas horas a la semana, Harry también acabó teniendo un puesto en la empresa de su padre, no era tan agobiante como creyó ni se tiraba horas y horas allí como su padre hizo en su díaby hacía actualmente, pero conseguía más dinero para poder mandarle a su madre y hermana la cual acabó saliendo de rehabilitación y encaminar su vida con ayuda de Anne.

La relación de Harry y Des no era la mejor del mundo, pero al menos hablaban de vez en cuando por motivos internos de la empresa, así que al menos era un avance que no acabasen a gritos como al principio.

La prensa de vez en cuando sacaba rumores sobre los motivos por los que no estaba marcado, al igual que solían seguirnos por la calle, tampoco eran muchas las ocasiones, pero al principio fue más molesto debido a su ingreso en la empresa tras haber pasado años alejado de eso y permanecido en el anonimato en general.

Me encontraba en estos precisos instantes tumbado en la bañera con el agua caliente acariciando mi cuerpo y las burbujas haciéndome cosquillas en la barbilla. Olor a vainilla en el baño y silencio sepulcral.

Tenía los ojos cerrados y estaba disfrutando la noche tras una larga jornada entre comandos, mesas, platos y niños corriendo por el restaurante. No me quejaba pero sí debía admitir que era agotador.

Harry había salido hacía un rato ya a correr para despejarse tras horas en su despacho inmerso entre papeles. No dije nada, me imaginaba que algo le preocupaba y no quería atosigarle a preguntas, necesitaba tiempo y espacio. Iba a dárselo sin pensármelo si quiera porque nos conocíamos tan bien que ya sabías con exactitud que era lo que quería o necesitaba el otro con una simple mirada.

"¿Hay sitio para alguien más?" su voz me sacó del trance.

Abrí los ojos y le vi ahí parado en el marco de la puerta con la fina ropa de deporte pegada a su sudado y trabajado cuerpo.

"Creo que puedo hacerte algo de hueco" respondí con una sonrisa.

"Si acabas encima mío para poder entrar no me importa" dijo a la par que se quitaba los zapatos y calcetines para continuar levantándose la camiseta para quitársela seguido de los pantalones cortos.

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