Capítulo 49

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Harry conducía por las calles de Londres con una mano fija en mi muslo, después de un desayuno mal preparado por parte mía salimos corriendo de su piso rumbo a mi casa para coger la mochila.

No sabía lo que me esperaba tras entrar en casa, ni si quiera me había llevado el móvil la madrugada pasada cuando corrí hacia Harry, así que seguramente mi madre iba a matarme lenta y dolorosamente. No quería preocuparla y si tan solo lo hubiese pensado un poco más, seguramente le hubiese dicho algo justo antes de salir de casa y me hubiese llevado el móvil, pero no fue el caso y ahora tenía que enfrentarme a ella si es que no se fue a trabajar que en cierto modo quería que ocurriese así para tener más tiempo para pensar en una excusa convincente y que no me diese pena.

Harry me transmitía seguridad mientras íbamos de camino, de vez en cuando me apretaba el muslo y me miraba durante milésimas de segundo con una sonrisa en el rostro, tal vez no se creía que estuviese aquí con él y eso era exactamente lo que me ocurría a mí. Parecía demasiado bonito como para ser real, pero así era, era totalmente cierto, no se trataba de un sueño o de algo que se evaporase hasta desaparecer. Ahora mismo éramos él y yo, juntos, finalmente obteniendo algo bueno dentro de tanta tragedia.

Paró el coche en doble fila frente a mi casa, me quité el cinturón y me giré para verle, respiré hondo.

"Tengo miedo" confesé.

"Estaré aquí esperándote, pero si quieres voy contigo, no diré nada, solo estaré ahí para ti".

Me mordí la mejilla interna sopesando la idea de aceptar, era ciertamente tentadora la oferta.

"Creo que será mejor que vaya solo y trate de explicarle las cosas..."

Asintió antes de darme un beso en la frente.

"Ahora nos vemos alfa".

Abrí la puerta del coche y salí al exterior donde solo me bastó dar dos pasos para que la puerta principal de mi casa se abriese y mostrase a mi madre corriendo hacia mí.

Lo primero que hizo, que me pilló de sorpresa, fue darme un gran abrazo seguido de lamentos y alegría por el hecho de haber aparecido, después de eso y como si hubiese recordado que había desaparecido durante toda la noche, me comenzó a golpear y a maldecir el día en el que decidió quedarse embarazada, ambos sabíamos que no hablaba realmente en serio.

"¡No puedes darme estos sustos!" gritaba colérica y aliviada a partes iguales.

"Perdón, yo..., mi omega..." trataba de explicarle las cosas conforme fueron aconteciendo los actos pero era bastante difícil de llegar y decirle que había encontrado al alfa con el que quería permanecer el resto de mi vida, o al menos era eso lo que exigía mi omega y estaría dispuesto a amenazarme y a vengarse de mí mismo si eso no llegaba a ocurrir.

"¿Es Harry?" preguntó mirando tras mi hombro.

Me giré y lo vi en el interior del coche con la cabeza apoyada en el asiento tratando de no meterse en nuestra conversación desde la distancia evitando también el contacto visual.

Asentí inseguro por la reacción que ella iba a adoptar, para nada creí que tomase la que acabó ocurriendo.

Gritó feliz y caminó rápido llegando incluso a rodear el coche hasta abrir la puerta del piloto y obligar al alfa a que saliese.

"¿Eres el alfa de mi hijo no?" preguntó sin pelos en la lengua.

"¡Mamá!" me quejé.

Harry rió y asintió un tanto avergonzado.

"Ni mamá ni nada, si ya eres tan mayorcito como para oler a él porque te ha marcado con su aroma, también lo eres para presentar a tu alfa a tu propia madre".

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