Capítulo veintiocho (28/32)

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   Matt despertó, cada vez que abría los ojos ahí por un instante no sabía dónde estaba, luego recordaba que había  viajado a Luz Viva y se volvía a perder al ver que no era la casa de su tía, se sentaba al borde de “su (?)” cama y miraba alrededor que era cuando recordaba todo, este día era importante, era el día de su nombramiento, ayer  había sido un día hermoso para él y para Julio, su pololo. Ahora era viernes, 26 de febrero de 2010, un día histórico en Luz Viva, y más para Matt, no solo tendría que empezar a ser una especie de Príncipe, sino que también estaría perdiendo los lazos con su padre; tras hoy, pensó, Patricio Arriagada empezará a ser mi tío y Sara mi mamá. No me gusta.

   Se levantó, la reflexión que acababa de tener lo puso nervioso.

   “― Dirigir un pueblo, bueno, la reina Isabel II dirigió un país desde los 21 y María Antonieta se casó con Luis XVI cuando él tenía 16 y ella 15… Bueno… la reina Isabel II logró gobernar su país siendo joven, aunque igual era mayor que yo. María Antonieta y Luis XVI tenían como mi edad… aunque los terminaron matando... ¡Ay!, e qué estoy pensando, quedan muchos años para que yo haga algo, falta que pasen el Señor Silvio de la Sor. Ah… Odio tanto «De la Sor» por todas partes aunque yo mismo seré eso… «El Segundo Hijo Único Martino Simón de la Sor Arriagada», tanto nombre solo para mí, me carga. No tengo por qué preocuparme de ser el Señor de la Sor, falta mucho.”

   Salió, vestido, de la pieza y fue a ver si había alguien para pedir permiso de salir, el cual antes no pedía. Cuando halló a alguien fue al Padre que estaba haciendo la misa para venerar a la Sor ese mismo viernes.

   ― Sale, pero ven antes de la veneración, ¿ya?

   Se fueron Julio y Matt un rato a Sin Retorno, en casa de Valeria estaban Jaime, el amigo de ella; Luis, el “esposo” de ella y ella, la “yo misma” de ella. Esta era la primera vez que Matt veía a Jaime y a Luis juntos.

   ― ¡Hermanito, viniste!

   ― Miren a quién les traigo, al futuro Señor de la Sor, Martino de la Sor

   ― Aún no soy un De la Sor

   ― Entonces era verdad ―lo miró Luis―  mi hermanito será el primero Señor de la Sor, esposo de otro.

   ― ¿Todos lo saben? ―preguntó Matt

Julio lo miró y solo asintió con la cabeza

   ― Matt, par favor, trata de suavizar las cosas en Luz Viva, que no echen más gente por razones simples que separan familias ―le rogó Jaime

   ― Voy a tratar, pero el Señor y el Padre son muy llevados a su idea.

   ― Cuando seas el Señor de la Sor nadie podrá contradecirte.

   ― Falta mucho aún, todavía no soy ni De la Sor

   ― ¿por qué no?

   ― Recién hoy me nombran heredero

   ― Herederos son los Príncipes

   ― Ay, ―le dio vergüenza su error―como sea

   ― Vas a ser nombrado “El Segundo Hijo Único de la Sor en Luz Viva” ― intervino Julio

   ― ¿Por qué todo acá tiene un nombre tan largo?

   ― O si prefieres el Segundo Hijo Único

   ― La verdad es lo de menos, ¿crees que pueda ser tu esposo algún día?

   ― Lo dudo, según la tradición debes tener un hijo y ninguno de nosotros puede quedar embarazado

   ― Niño, ― dijo Jaime―puede ser públicamente tu ayudante o mejor amigo, así lo puedes tener a tu lado sin levantar sospechas

   ― Usted es bien creativo

   ― Ay, niño ―dijo, le salió su lado femenino― no me trate de usted que me siento viejo

   Entre palabras y palabras también se iba la hora y como no tenían reloj prefirieron irse antes.   Cuando iban camino a Luz Viva divisaron a unos luceros caminando cerca de la entrada y salida que solían usar, se ocultaron; estaban, quizás, buscándolos. Se vieron obligados a irse para otra parte, esta vez no había nadie, entraron a la iglesia, la veneración aún no empezaba, pero por poco y llegaban tarde.

   ― Martino, al fin llegas, debes vestirte para el nombramiento. Usted señor Ceballos, vaya a su casa que la veneración es pronto y debe estar presentable.

Mientras Julio se iba, veía por todos lados carteles que decían con una letra hecha a mano muy hermosa:

“Hoy, viernes, 26 de febrero, nombramiento del Segundo Hijo de la Sor en Luz Viva, recordar asistir a la oración para la ocasión lo manda”

Matt se vistió, parecía un traje de bautizo antiguo, aunque de hecho se sabía que era antiguo, sin embargo estaba perfectamente cuidado y mantenía un blanco excepcional.

   Al momento de la veneración empezó, ya no había marcha atrás, el Señor de la Sor le dijo:

   ― Cuando Francisco diga: “He aquí mi sucesor” tú sales y te quedas donde hay una equis dibujada, y lo demás ya te lo sabes, ¿estamos bien?

   ― Sí

   ― ¿Recuerdas todo?, ¿te falta algo?

   ― No, nada Señor

   ― Martino, desde tu nombramiento empezaré a ser tu abuelo y quiero que me trates como tal, ¿bueno?

   ― Sí, ―iba a decirle Señor― lo haré

   ― Qué bueno oírlo ―el señor Silvio de la Sor se fue en ese momento.

El bosque prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora