Capitulo 20

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Capitulo 20

Luego de la caída del domo las tropas aliadas ingresaban al predio del palacio de la Luna.

Sesshomaru caminaba serio y a paso constante hacia la explanada vacía. De a poco se iban asomando los habitantes que sentían su poderoso aura presionarlos.

Inuyasha bufaba, pero a la vez se sentía aliviado de estar de regreso, aunque no lo dijera ni admitiera, extrañaba mucho a Kikyo. No veía las horas de estar a solas con ella. Quería unirse a ella con las ceremonias youkai y humanas, pero aún estaba pendiente el asunto de Kagome. No aceptando su amor la había desilusionado, herido, lastimado y ahora no pensaba defraudarla más ni abandonarla en esta situación tan horrible y peligrosa para ella.

Su pensamiento:

"Esta vez no te defraudaré Kagome"

Estaba decidido a protegerla con su vida, por eso y otras cuestiones, no podía emparejarse aún con Kikyo.

Miroku caminaba sonriéndoles a las damas youkai que se reían tímidamente ante sus guiños y saludos, Sango desde lejos observaba y bajaba la mirada para luego poner una expresión ilegible en su rostro. Y una sonrisa, las sonrisa más fría de alegría fingida que pudo, para recibir a su primo adorado, para aparentar felicidad frente a su abuelo Hiten y correr a abrazar a su hermano.

Kagome no se unió al grupo.

Por supuesto que había sentido el youki del Lord acercarse mucho antes que los demás, solo que su instinto le gritó desesperadamente "Huye" Y eso fue lo que hizo, huyó para quedarse sentada en el borde del estanque de los peces Koi, removiendo suavemente las aguas frías de la poza movilizando los nenúfares de un lado a otro suavemente.

Los irises estaban en flor inundando el lugar de un místico y dulce perfume que casi mitigaba su dolor.

Dolor en lo profundo de su pecho imaginando los dorados ojos que la verían fríamente sin expresión, si es que acaso la mirarían...

Qué malvado había sido el destino al ponerle esa semilla de amor dentro de su alma y corazón. Qué truculenta había sido la vida al enfrentarla a una situación como esa...

A quién se le ocurriría enamorarse de un hombre así?

Hombre?

Ni siquiera era un hombre, era un demonio macho, hermoso e intoxicante que no lograba quitarse de la mente ni de la piel. Esa piel que había sido acariciada con tanto hambre, con tanto deseo...

Pero ese a quien habían acariciado, era un masculino, ni más ni menos, su gemelo Souta.

De pronto se encontró halándoles a los peces, Kagome no podía dejar de preguntarse

-"Acaso al Lord le gustan los hombres? Eso no me molestaría en absoluto si fuese otro, pero sí me da tristeza, nunca podría competir con un hombre, mucho menos con mi hermano."

Y ella quería que Sesshomaru la amara a ella.

-"Y a Souta? Qué con Souta...A él le gusta Hidoriko, Sesshomaru no va a estar muy feliz por eso..."

De nuevo suspiraba, ya estará en sus aposentos aseándose?

Sesshomaru en el ingreso se encontró con Rin y Jaken

-"Sesshomaru Sama Okaerinasai!"

Colocando su mano sobre la cabeza de la princesa del Oeste y continuó su paso

-"Rin"

La bella jovencita salticaba a su lado

-"Jaken"

CAPITAN HIGURASHIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora