Capitulo 25
Kokuryu masticaba un trozo de carne cruda.
Se debatía entre atacar el Este o reincidir en el Norte, en la tierra de los lobos.
Sabía de las bondades de las tierras de las almas, pero no estaba muy seguro acerca de las temperaturas especialmente en invierno. Si estaban en plena estación fría, y no soportaban el clima del Sur, cuánto mejor lo pasarían en el Este?, entre agua salada, vientos húmedos, arena, playas y pocos árboles, el palacio se encontraba casi sobre una bahía, tal vez si colocaba su "base" en la frontera con el Oeste, eso lo dejaría cerca de Sesshomaru, cerca del Norte, con mejor clima y ricos bosques...Solo que allí cerca había un monte sagrado que estaba rodeado de energía bendita y no deseaba ser purificado...
Cuánta rabia le daba no saber el camino a tomar...
Por más que despreciara a su sobrino, Él siempre, siempre, supo el sitio correcto para atacar, después de todo, le debía su reinado a Onigumo, aunque nunca lo admitiría.
Escupiendo el hueso roído, tomaba ahora un pescado y de un bocado le arrancó la cabeza y la masticó.
Quizás podría pasar por noble y arrepentido y liberar al hijo de su hermana y mientras jugaba de distraído averiguar dónde pensaba que era mejor atacar para ver si de una vez por todas, podía quedarse con todo.
Él sería dueño del mundo, él sometería al clan de sagrados, él eliminaría a los Taisho y después se sentaría en su trono.
Pero por ahora...Tenía que alcanzar todo aquello y para eso necesitaba a Náraku.
El mestizo dragón miraba el cielo nocturno desde el pequeño hoyo en la cueva que era la mazmorra donde ya hacía demasiado tiempo, su tío lo había encerrado.
Ahhh, cuánto disfrutaría destrozarlo en pedazos, de a poco y dolorosamente le haría pagar cada desprecio y cada golpe recibido.
Sus planes de tomar el Norte se habían visto truncados por Kokuryu en persona, pero la sonrisa le brotaba entre las sombras.
Había sembrado la confusión en su tío, seguramente no sabía dónde era mejor atacar para debilitar al Inu del Oeste.
Siempre había sido voluble e indeciso y eso le jugaba a su favor.
Pronto caería a sus pies desplegando su asqueroso y patético jueguito de "Intento educarte y que me respetes frente a los soldados" Y lo sacaría de allí y entonces podría completar su plan de ataque.
Le daría un golpe de gracia al clan Taisho del que jamás se recuperaría y tomaría el Oeste para sí.
Ya el Norte no le interesaba, ahora lo quería todo. Para ello necesitaba sangre sagrada sangre que él resistía pero su tío no. El clan Ryu tampoco.
Él sabía justamente dónde y cómo atacar para terminar con todo, ya no se iría por las ramas, iría derecho a su objetivo.
No el Norte, no el Oeste, Un monte en tierras del Este donde supo que se encontraba la protección absoluta del Este y la sangre sagrada más poderosa. Su padre le había hablado de aquello. Su padre le había vaticinado el nacimiento de la guerrera más poderosa de la historia después de Midoriko, y él la iría a buscar.
Una vez que la tenga en su poder...
Las carcajadas no se hicieron esperar, su eco las conducía hacia afuera, a los oídos de su clan, a los oídos de su tío, que giraba la cabeza hacia el sitio de sonde provenían las risotadas siniestras.
La piel de su espalda se erizaba elevando sus escamas. La risa macabra era la risa de un ser que estaba rayando la locura.
Tal vez lo había llevado al límite. Le convenía sacarlo pronto, mientras le era útil.
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CAPITAN HIGURASHI
RomanceNo todo lo que brilla es oro...Y no todo lo que no brilla, no lo es.