Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)

Legalmente Annie

Finalmente Aren y Lily eran pareja, Alexy se le había confesado a Violetta y Lysandro estaba saliendo con Ariadne, al fin todo en paz... Excepto por el hecho que mi boda aún seguía igual que siempre, en nada.

Ese día regresaba Kentin del pueblo, seguramente vendría cansado, pero por suerte teníamos todo el fin de semana por delante, así que podríamos conversar sobre la boda y la reunión de su familia en detalle.

Me levanté el viernes temprano, mi alarma sonó avisándome que debía de ir a la universidad, me revolví en la cama en el lado de Kentin y apagué el despertador.

Aquél día era crucial para mí, ya que presentaban los resultados de las pasantías laborales para los buffets de abogados, había estudiado mucho para poder tener uno de los codiciados 5 lugares y esperaba poder calificar.

Encendí la luz y abrí las pesadas cortinas, abajo la ciudad aún estaba a oscuras pero de a poco iba despuntando el alba. Septiembre estaba allí nomás y finalmente los días de calor regresarían a mi vida, poder pasear con Fuser sin tiritar de frío, salir a caminar, a disfrutar de un helado al aire libre, quizás visitar a mis padres, entre otras cosas.

Mientras me rascaba la cabeza, salí en cullote y musculosa a la cocina a prepararme el desayuno, los ronquidos de mis compañeros de piso se escuchaban por el pasillo aunque la televisión estaba prendida en la sala.

Cuando entré al comedor vi a Lysandro desayunando, tomando café y leyendo el periódico.

-Buenos días, Lysandro -lo saludé, él levantó la vista de las noticias y me miró, sonriente.

-Buenos días, Annie -dijo-. No pensaba que ibas a despertarte tan temprano.

-Hoy es un día especial, darán los resultados de las pasantías -dije mientras me dirigía a la cocina para hacerme un café con leche.

-Ah, por lo que has venido estudiando tanto, ¿no es así? -preguntó Lysandro.

-Sí, así es -respondí, tomé leche de la heladera, la coloqué en una taza y la calenté en el microondas-. Espero que el esfuerzo haya rendido frutos, ya que es una excelente oportunidad para mí.

-¿A qué hora tienes clases? -preguntó Lysandro.

-A las ocho comienzan.

-Me voy contigo, siempre voy solo a la universidad.

-De acuerdo, igual es solo a dos calles.

Lysandro rio, yo hice unas tostadas con mermelada y me senté a desayunar en silencio.

Lysandro y yo caminamos por las calles que ya estaban llenas de árboles brotados y con flores, íbamos en silencio y cada cual enfrascado en su mundo, finalmente llegamos a los escalones de mi facultad.

-Bien... -dije en un suspiro-. Deséame suerte.

-Muchos éxitos, estoy muy orgulloso de ti -dijo Lysandro con una bella sonrisa-. Seguro consigues un puesto.

-Gracias... -suspiré nuevamente, estaba muy nerviosa-. Te veo en casa para el almuerzo.

-Te veo allí -dijo mientras me abrazaba, nos despedimos y subí corriendo las escaleras de la universidad.

-¡Annie, ahí vimos a Kentin! -dijo una de mis compañeras, yo la miré extrañada.

-Mi prometido está en mi pueblo -respondí, ella mi miró sorprendida.

-¿No era ese muchacho albino y alto que te abrazó? -preguntó otra de mis compañeras que iba con ella.

-No, ese es mi amigo: Lysandro -respondí-. Kentin es castaño y musculoso.