CColgué el teléfono y me dispuse a prepararme mientras Kim seguía en la ducha, esa muchacha siempre se gastaba toda el agua; le golpeé la puerta varias veces.
-¡Oye, déjame algo de agua caliente! -le grité a través de la puerta de madera, Kim abrió la puerta envuelta en una toalla rosada.
-Ya, ya pequeña -rio, yo la miré y entré al baño cubierto de vapor, me quité la ropa y entré en la ducha.
Finalmente me iba a animar a decírselo, él era mi amigo y seguramente me iba a entender y ayudar, ¿quién mejor que él, sino?
Con una sonrisa en los labios recordé cómo me había quedado prendida de sus ojos en el instituto, esa forma tan peculiar de vestir y su hermosa personalidad.
Annie había sido muy amable al revelarme los verdaderos sentimientos de aquél amor imposible y hasta el día de hoy jamás me había perdonado el haber nacido mujer...
Sin embargo, no me había faltado la oportunidad de dejar que mi corazón ame sin medida, aunque dudaba si mis sentimientos eran correctos o no, me convenía ser directa y confesarlos de una vez, pero todo se podría resolver esta misma noche con su ayuda.
Una vez limpia, cerré el agua y salí de la ducha... No tenía toalla con que secarme.
-¡Kiiiim! -grité desde el baño, estaba empapada y desnuda, y esa muchacha malgastaba las toallas, claro... Como ella no tiene que lavarlas...-. ¡Kiiiim!
-¿Qué? -preguntó la morena desde el otro lado de la puerta.
-Tráeme una toalla-Le dije, estaba empezando a entrar aire frío por debajo de la puerta.
-Ya no hay-Contestó.
-¿Cómo que no hay?
-Sí, no hay, están todas sucias.
-¡Pues tráeme algo con que secarme!
-Creo que hay repasadores, ya vengo, sino sécate con papel higiénico.
-¡No voy a secarme con papel higiénico!
No podía ser, esa muchacha me iba a sacar canas verdes en cualquier momento, ¡justo ahora que tengo los minutos contados! Tuve que haber elegido otro horario, una hora para prepararse no era suficiente, menos siendo mujer.
Kim se estaba demorando buscando algo con que secarme, no podía perder más tiempo, tomé mi ropa sucia y como Dios me trajo al mundo, salí del baño, esperaba no cruzarme con Iris o con Kim.
Mientras revisaba que no había moros en la costa, salí con cuidado de no resbalarme en el piso de loza; pero para mí mala suerte Ida salió de la cocina con un pote de helado en la mano, se quedó dura el mirarme para luego reírse a las carcajadas.
-¿Qué estás haciendo así?-rio con lágrimas en los ojos-¡Eres más plana de lo que pensaba!
-¡Y si Kim se gasta todas las toallas! ¿Con qué quieres que me seque?-Pregunté, estaba roja como un tomate.
-¿Quieres que saque una cortina?-Preguntó Iris mientras seguía riendo.
No podía ser, corrí a mi habitación y me sequé con las sábanas, iba a matar a matar a mi compañera de piso. Elegí lo que iba a usar esa noche, habíamos quedado en un bar bohemio donde se juntaban a menudo a tocar buen jazz y leer poesías, esa noche era noche de comediantes.
Tomé don rapidez la ropa que iba a usar: Unas calzas negras combinadas con un bonito pullover holgado de color crema con cuello ancho, un montgomery del mismo color que combinaban con mis botas altas, unas bonitas pulseras y para terminar una boina blanca, Yoko Ono, muérete de la envidia.
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Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)
FanficPasáte por la playlist del fanfic en Spotify y escuchá toda la música que seleccioné especialmente para mi obra! https://open.spotify.com/playlist/5sfdwiIbSOmHLHZEae3KtU?si=e006003135094b64 REEDICIÓN 2022: Esta historia ha sido reeditada a fin...