Capítulo 16.

4.9K 498 648
                                    

Stan y Bill llegan a Boston muy temprano en la mañana. Literal se despiertan porque el sol les da en la cara.

—Hay que bajar— avisa Bill, tomando la mano de Stanley como un gesto automático para tirar de él y que así ambos bajen antes que el resto del gentío que busca sus maletas.

Stanley se sonroja, pero no dice nada. A veces, Bill no parece darse cuenta siquiera de todo lo que provoca.

Boston es malditamente gigante.
Si bien Bill ha salido de la ciudad, si que se queda sorprendido por lo que ve. Stanley le aprieta la mano, en un gesto más que nada de precaución, para no perderse. Solo entonces Bill se da cuenta de que le tomó la mano y se sonroja súbitamente, pero tampoco tiene tiempo de decir nada, porque Stanley plantea la pregunta más importante:

—¿Por dónde empezamos a buscar?

Okay, esto va a ser largo.

....

Eddie y Richie han decidido recorrer la ciudad. Ahora mismo caminan por la avenida principal.

Richie va sujetando la parte de atrás de la polera de Eddie con su mano como si fuera un niño pequeño, esto como medida de precaución para no perderse.

—No tires tanto o me romperás la camiseta— le advierte Eddie mientras avanzan.

Richie sonríe con segundas intenciones.

—A mi me encantaría verte sin camiseta, Eds.

Eddie, bastante sonrojado, se aguanta las ganas de darle un golpe.

Llegan a una especie de feria costumbrista, como de pueblo. Es bonita, y tiene mimos... Si, antes de que Eddie se de cuenta, Richie ya está corriendo hacia los mismos para hacerles toda clase de bromas y morisquetas.

—¡Richie!

—¿Y si les grito en el oído? ¿crees que griten también?

El mimo delante de Richie frunce el ceño. Eddie le sonríe en forma de disculpa, toma la mano de Richie y lo aleja de ahí.

—¡Anda Eds! ¡Solo iba a hacerlo una vez! ¿Qué podría hacerme? ¿golpearme con su bate de mimo invisible?

Eddie rueda los ojos, pero suelta una risita.

—No te vayas así— le pide—. Y ni se te ocurra perderte, Richie.

Richie afianza el agarre de sus manos.

—Esto me gusta más que sujetarme de tu camiseta.

Eddie se limita a sonreír.

—¡Mira!— Richie señala ¿un árbol?

—¿Qué tiene de especial?

—Tengo una idea.

—Últimamente tienes muchas ideas. Felicidades, Rich.

—Jaja, muy gracioso— Richie se saca una navaja del bolsillo—. Grabemos nuestros nombres en este árbol.

—Un minuto, ¿de dónde sacaste una nava...? Espera, no me lo digas, no quiero saber.

—Excelente decisión, Eddie spaguetti.

Se acercan al árbol y Richie escribe su nombre letra por letra con su torpe caligrafía,  esforzándose para que sea legible.

—Esto se ve más fácil en las películas.

En secreto | Reddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora