Capítulo 18.

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El tren llega a Derry muy temprano en la mañana. Los cuatro perdedores viajeros duermen en posiciones bastante...peculiares.

Eddie duerme en la esquina junto a la ventana abrazándose a si mismo y viéndose más pequeñito de lo que es. Al medio esta Bill, que duerme con las piernas estiradas y la cabeza apoyada en el hombro de Stanley, quien se encuentra durmiendo en la otra esquina con un ligero hilo de saliva cayéndole por la boca y los risos despeinados. Y bueno, Richie duerme literalmente sobre los tres. Si, tiene la cabeza apoyada sobre las piernas de Eddie (ambos, además, han dormido con las manos entrelazadas), el torso sobre las piernas de Bill y sus piernas sobre las piernas de Stanley.

Definitivamente debido a las posiciones, cuando suena el silbato de llegada y se despiertan, la cosa no termina bien. Sobretodo para Richie, que cuando los otros se levantan súbitamente y aturdidos, cae de golpe al suelo.

—¡Mierda!

Si, vaya manera de comenzar el día.

Han vuelto a Derry, y eso no puede más que intranquilizarlos de sobremanera. Eddie y Richie intercambian miradas preocupadas. Han vuelto y tal vez sean linchados hasta la muerte. Sin embargo, ya no hay duda en sus miradas.

Estarán juntos hasta el final, no importa el miedo ni lo que piensen los demás.

Al bajar, se dan cuenta de que ahí los esperan Beverly, Ben y Mike. Y cuando todos al fin se encuentran, no pueden más que darse un abrazo grupal enorme.

El club de los perdedores vuelve a estar completo.

—Amor es amor chicos— dice Beverly, cuando se preparan para encaminarse a su primer
destino—. Ellos tendrán que entenderlo.

Richie y Eddie no pueden más que sonreír, agradecidos de tener amigos tan perfectos.

....

El primer destino es la casa de Richie Tozier. Van todos juntos hasta allí.

Richie está nervioso.

<<¡Ya no vuelvas!>>

¿Y si no lo reciben?

Eddie le toma la mano en señal de apoyo.

—Estarás bien, Richie. Ella te ama— se refiere a su madre.

Tocan la puerta y es, de hecho, ella quién abre. Al ver a Richie, se le llenan los ojos de lágrimas y lo envuelve en un gran abrazo que lo deja sin palabras.

—Ay, Richie, lo siento tanto...

Richie corresponde el abrazo y, antes de darse cuenta, las lágrimas corren por sus mejillas también.

—Eche a tu padre, el no volverá a hacerte daño— solloza su madre, sin soltarlo—. Lo lamento tanto. Perdóname, Richie.

Richie le soba la espalda. Su madre al fin lo está viendo. Su madre echó a su padre por él. Su madre lo está abrazando.

—Está bien, mamá— le susurra al oído—. Todo va a estar bien.

La escena toca el corazón de todos los presentes, y Eddie tiene que secarse sus propias lágrimas de emoción.

....

El siguiente destino es la casa de Eddie. Richie no va con ellos. Primero, porque prefieren dejarle espacio a él y a su madre. Segundo, porque tal vez si la madre de Eddie lo ve le meta una escoba por... Ay, mejor ni imaginarlo.

En secreto | Reddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora