Capítulo 2.

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El día de Richie empieza mal.

Tropieza con una de las botellas de cerveza de su padre y se golpea en la cabeza.

—Mierda— masculla.

Tal vez es una señal para no ir a la escuela. Sin embargo, tiene una fuerte motivación para ir de todas formas. Eddie va a estar allí.

Si, Richie bocazas Tozier enamorado, quién lo diría.

Pensó en la sonrisa de Eddie y eso le sirvió para poder ignorar los destrozos que la noche anterior su padre había hecho en el primer piso de su casa. Salió con la mochila colgada al hombro cuando aún quedaba media hora para el inicio de las clases.

Subió a su bicicleta y tomó el camino largo. El corto era Neibolt Street y... no, no volvería a pasar por allí en su vida.

Al llegar, pudo ver a Eddie estacionando su bicicleta. O al menos intentarlo. Parecía batallar con el seguro. Richie sonrió y se acercó a él por la espalda.

Eddie dio un brinco al sentir el aliento de Richie en su oreja, que se inclinó con la excusa de ayudarlo con el seguro de su bicicleta. Le dio dos golpes y lo bajó.

Eddie lo empujó ligeramente hacia atrás.

—No hagas eso, Richie, no aquí— le reclamó. Tenía las mejillas teñidas de rojo.

Richie le guiñó un ojo.

—Relájate, Eddie spaguetti, solo te ayudaba un poco como excelente amigo que soy.

Eddie suspiró y finalmente le sonrió. Ahí estaba, esa sonrisa era todo le que Richie necesita ver para querer levantarse otro día, y los días después de ese. No pudo contenerse y le pellizco la mejilla.

—Eres una ternura, Eds.

—¡Richie!— Eddie frunció el ceño e infló las mejillas.

Finalmente entraron en la escuela. Eddie miró su reloj de muñeca mientras caminaban por el pasillo.

—Quedan quince minutos— informó en voz alta.

Richie sonrió.

—Es más que suficiente.

Como ninjas se escabulleron hacia el baño.

....

Eddie se apresuró a empujar a Richie dentro de un cubículo y cerrar la puerta tras ellos cuando oyó que alguien más entraba al baño.

Al ser el más pequeño, tuvo que pararse sobre el borde de la taza y hacer un gran esfuerzo para no vomitar. Richie lo sostuvo de la cintura. Se quedaron quietos.

La persona entró en el cubículo de al lado. Bien, sólo debían resistir un poco. Nada de que preocuparse. Nada de que...

El golpe del tipo cerrando la puerta del baño contiguo hizo a Eddie tambalear. Se dio un golpe en la espalda y terminó con un pie dentro de la taza de baño.
Richie se apresuró a taparle la boca antes de que gritara de asco.

El desconocido afuera se sobresaltó con el golpe y tocó la puerta en el baño donde la pareja se encontraba, algo preocupado por quién se encontraba adentro.

—¿Hey? ¿estás bien?

Richie y Eddie se miraron como diciendo "Es el fin".

Richie fue el que habló:

—Uff, oh sí— hizo sonidos de jadeos—. Lo estoy descargando todo hermano, ¡asombroso!

En secreto | Reddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora