La venganza de Sesshomaru.

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Oiwa es un espíritu japonés que forma parte de una leyenda japonesa que relata la historia de desamor de una mujer llamada Oiwa, la cual fue asesinada por su esposo, quien al aborrecerla mucho decidió lanzarle un veneno que le fue desgarrando el rostro.

Aquí será un InuSessh.

Inuyasha= samurái

Sesshomaru= Oiwa

Todo transcurría normal en la era Sengoku de Japón, un hombre samurái se encontraba trabajando con hierro creando espadas, armaduras y entre otras armas de lucha con ayuda de un anciano espadachín, eran los únicos en la tienda y sabían con exactitud que últimamente uno de ellos no estaban vendiendo bastante para ganar el dinero suficiente para mantenerse. El hombre más joven de cabello plateado se desplomó sobre una tabla bastante frustrado, estaba muy preocupado por no poder alimentar a su esposo ni a él mismo, ambos estaban en situación de pobreza y a duras penas podían alimentarse y comprar ropa para resguardarse del frío.

— Inuyasha, muchacho, no te frustres, estoy seguro de que al menos una katana lograrás vender hoy.

— Pero a usted si le compran sus objetos, en cambio yo no he podido vender ni una herradura. — Respondió con el ceño fruncido de la preocupación.

— Entonces ¿No quieres que te preste algo de dinero hoy?

— Mejor no, no quiero ser una molestia Totosai.

— No es ninguna molestia muchacho, ten. — Contesto dándole unas cuantas monedas de las suyas. — Con eso creo que te será suficiente para alimentarte a ti y al joven Sesshomaru.

— Muchas gracias Totosai. — Respondio juntando las monedas para guardarlas en una mini bolsa en su hakama.

Así transcurrió el día hasta la noche, Inuyasha espero a que alguien se tome la molestia de comprarle por lo menos una herradura, en todo el día apenas había logrado vender un escudo de hierro, una espada y una correa de acero. Supuso que tal vez no estaba fabricando las armas de lucha lo suficientemente bien como para que nadie le estuviera comprando nada en estos últimos días.

Tal vez debería pasarme de vendedor de armas a cocinero del emperador, ahí de seguro ganaré el dinero que nos merecemos Sessh y yo, ahora me pregunto ¿Qué estará haciendo él ahora? Siempre que llego lo encuentro haciendo las labores de la casa o cociendo y confeccionando ropa con las telas que su madre le envió, a decir verdad él es bastante raro, a veces pienso que se comporta como una mujer ya que por ejemplo nunca gustó de vestirse como un samurái igual que yo y siempre hace todo el trabajo de ama de casa.

Inuyasha dejó de vagar por su mente cuando se dio cuenta de haber llegado a su cabaña, al entrar le dio la razón a su cerebro nuevamente, Sesshomaru estaba limpiando la casa como la mayoría de las veces, por un lado estaba bien después de todo alguien tiene que hacer las tareas domésticas, sin embargo por otro lado estaba pensando en contratar a un sirviente o a una mucama para hacer el trabajo de limpiar toda la cabaña.

— No, si apenas me alcanza para comer menos voy a poder pagarle a alguien a que haga todas las labores domésticas.

— Hola cariño ¿Cómo estás? ¿Vendiste mucho? — Pregunto el albino para ir a recibir con un beso a su marido.

Inuyasha le correspondió pero lo cortó para poder entrar finalmente a la cabaña y dejar a un lado su gran bolsa con armas, las cuales esperaba poder vender al día siguiente.

— No pude vender casi nada. — Dijo en un tono serio. — Totosai me prestó algo de su dinero para poder cenar.

Inuyasha sacó de su hakama la bolsa que tenía las monedas que le prestó el anciano y las que apenas logró ganar.

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