Jugando Con El Amor ||Camren||

Victorias...

Sábado por la tarde, un buen clima para dar un paseo por el centro comercial, ver una peli en el cine y luego tal vez una pizzería. Un programa bien ligero para un fin de semana antes del primer juego del Campeonato Regional.

Entonces Camila había pensado aceptar la invitación de Austin. A pesar de no estar enamorada del chico, disfrutaba de su compañía. Era divertido, chistoso, muy amable y educado. No tenía esa pose de atleta que su hermano le pasaba a otras personas. Trataba a todos por igual. Y eso había contado mucho para él al ganar la simpatía de Camila.

Caminaban uno a lado del otro, y más por el respeto con que él la trata de que por otra cosa, la chica lo había dejado tomar su mano, a pesar de que no eran novios.

No pudo evitar notar la diferencia de esa mano grande y de piel gruesa al compararla con el recuerdo de las manos delgadas y suaves de Lauren. Austin nunca podría tocarla con la punta de sus dedos y darle la sensación de que eran suaves plumas, como lo hacía la delantera.

-Has estado muy callada hoy, Mila – comentó el chico con una sonrisa simpática en los labios – ¿Estás nerviosa por el juego que se acerca?

Camila asintió con la cabeza. Ella sabía que estaba ansiosa por el juego. Más de lo que nunca había estado. Sería la primera vez que ella y Lauren jugarían juntas oficialmente. Aquello la inquietaba.

-Nuevo equipo! – Ella dijo simplemente.

Ya en el patio de comidas, el nadador se deleitó con un gran sándwich, mientras que ella prefirió pedir solo un jugo de naranja.

-¿Puedo verte jugar mañana? – él preguntó mirándolo.

-Por supuesto puedes, Austin. ¡Todos estarán allí!

-Lo sé. Pero no quería ir porque todos van. – explicó el chico – Quería ir porque tú quieres que yo esté ahí. ¿Será que tengo esa oportunidad?

Camila sonrió y acarició su mano sobre la mesa.

-Quiero que estés allí, ¿de acuerdo? – dijo seria – Ni te atrevas a faltar!

Los dos sonrieron.

-Hace tiempo que estoy interesado en ti, ¿sabías? – Austin confesó – Pero nunca pensé que me notarías.

-¿Y por qué no? ¡Todas las chicas te notan! ¡Viven locas detrás de ti!

Él hizo una mueca.

-No me quieren a mí. Quieren al atleta y la popularidad que tal relación conllevaría! ¡Contigo todo es diferente!

-¿Diferente por qué?

-Porque no tienes que estar conmigo para ser conocida. Para hacerte popular. Como capitana del equipo de voleibol femenino, ¡ya lo eres! Entonces, para estar conmigo, ¡tendría que haber otras razones, como gustarte, por ejemplo!

Camila asintió con la cabeza. Entendía lo que quería decir. La tradición de la universidad siempre privilegiaba y enaltecía los atletas. Todos los trataban como dioses y eso la molestaba mucho.

Realmente desearía poder quererle a Austin. Enamorarse de él y dejarse llevar. Pero incluso allí con él, su cabeza y su cuerpo no olvidaban a Lauren ni un segundo.

Hubo un momento de silencio y miradas entre ellos cuando Austin lo rompió, levantándose abruptamente.

-¿Pasa algo? – preguntó Camila sorprendida.

-Acabo de ver una amiga entrando en esa tienda de CDs. – dijo dejando el dinero de la cuenta sobre la mesa – ¡Ven, hablemos con ella!