Jugando Con El Amor ||Camren||

Amor x Prejuicio...

Cuando Camila finalmente se despertó, encontró a Lauren bañada y lista para el desayuno. Se estiró todavía en la cama y solo entonces recordó la noche anterior. Tenía una pequeña esperanza de que todo no pasara de un mal sueño. Pero tenía que levantarse y despertarse ante la dura realidad que tenía que enfrentar.

Se alegró contar con la compañía y el apoyo de Lauren. Sabía que ella había estado a su lado toda la noche y por eso había podido conciliar el sueño y dormir profundamente.

Dejó que el agua deslizara por su cuerpo y despejara cualquier duda que pudiera quedar. Ya había abandonado la delantera una vez. Y para ese mismo equipo que ahora la condenaba simplemente por amar. No haría eso otra vez. Por mucho que le doliera que sus amigas estén enojadas con ella, Lauren era más importante. Era su amor. Lo mejor que le había pasado en su vida en mucho tiempo. La elegiría, si fuera necesario.

Ambas salieron de la habitación un poco tensas, pero solo encontraron a las chicas en el comedor del CT. Todas estaban sentadas conversando animadamente hasta que ellas llegaron.

El silencio fue total. Y aquellas miradas inquisidores las juzgaron todo el tiempo. Nadie las invitó a sentarse. Nadie les habló. Incluso Ally estaba sentida. Tal vez no con el hecho en sí, sino porque no se lo habían dicho antes.

Camila y Lauren, algo vacilantes, se sirvieron en la gran mesa puesta para el desayuno y se sentaron en la única mesa desocupada. Parecía que tendrían que depender solo de la presencia y compañía de la otra.

La levantadora buscó a Taylor con los ojos, pero su amiga aún no había llegado. Seguro le había costado dormir la noche anterior. Siempre le costaba relajarse cuando algo se salía de control. Había sido así desde la secundaria. Un bajo promedio o un examen importante era sinónimo de una noche de insomnio.

La situación no continuó de manera muy diferente durante los entrenamientos físicos matutino. Nada de conversaciones y lo que es peor, todas las chicas salieron del vestuario cuando ellas entraron para ponerse sus trajes de baño. Parecían temerosas de que fueran atacadas por ellas.
Camila se sentó un poco cansada de toda esa aversión.

-¡Siento como si tuviera una enfermedad altamente contagiosa! – dijo desanimada – ¿Cómo jugaremos bien así? ¿Con el equipo dividido?

Lauren se encogió de hombros. Su preocupación estaba más allá de la de Camila. Temía que Taylor, en medio de su crisis, hubiera comentado algo con Liam o incluso con los padres de la levantadora.

-Perderemos feo así. ¿Y luego tratar de recuperarnos dentro del gimnasio de la Federal con su fanático público presente? Es muy difícil. No han perdido en casa por más de dos años – continuó Camila triste – ¡Y todo por mi culpa!

La delantera se sentó al lado de su novia.

-Nunca vuelvas a decir eso, ángel – dijo mirándola seriamente. – No me siento culpable de nada. Te amo y realmente quiero estar contigo. Si el equipo es tan prejuicioso al punto de no entendernos, ¡no sé si vale la pena defenderlo!

Camila sonrió y abrazó a Lauren. ¿Cómo era posible amar a alguien de una manera tan intensa y creciente? Su cuerpo pareció calmarse en presencia del suyo o cuando hacían el amor. Nunca había sentido eso con Ariana. Hubo deseo, cariño y tal vez incluso amor. Pero nada tan fuerte como lo era con Lauren.

Las dos se besaron tiernamente. Mostrando que estaban allí para apoyarse.

-Te amo lo sabes, ¿no? – dijo Camila mirándola con una sonrisa – ¡Realmente no quiero estar sin ti!

La delantera sonrió.

-También te amo, ángel. Y no te preocupes. ¡No te librarás de mí tan pronto!