Deseo...

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El estado de ánimo en el equipo de voleibol era de emoción y viaje. El siguiente juego del Regional era en una ciudad vecina y todas las chicas estaban ansiosas por viajar. Querían otra victoria como aquella, pero sabían que sería más difícil, ya que no jugarían en casa.

Camila estaba en la misma animación que sus amigas hasta ese viernes por la mañana, cuando Dinah la llamó en la sala del cuerpo técnico.

La levantadora estaba preparada para enfrentar las críticas y elogios sobre el juego, pero se quedó paralizada ante la advertencia de la entrenadora.

-Me contactó la secretaria de la universidad, Camila. Ellos afirman que estás en deuda con las mensualidades. ¡Pidieron que te avisara que si ese problema no se resuelve, no podrás jugar los próximos juegos!

La chica no sabía qué hacer. ¿Cómo explicar que sus padres estaban pasando un mal momento? ¿Que tendría que luchar por una beca? ¿Que haría hasta que lo consiga? ¿Quedaría sin estudiar y sin jugar? ¡No podía creerlo!

-Te dieron una semana para resolver ese problema – continuó la entrenadora, consciente de la situación de la atleta – Entonces viajarás con nosotras mañana. ¡Pero no puedo hacer nada después de eso, Camila!

La chica asintió.

-Lo entiendo, Dinah. Intentaré resolverlos con mis padres. Gracias por avisar.

-De nada. No te dejes abatir por eso, ¿de acuerdo? Todos tienen problemas financieros.

-Sí, lo sé – dijo Camila, dejando la sala desanimada.

No quería comentar sobre eso con Taylor ni con nadie. Eso porque lo encontraba tan vergonzoso. Sabía que sus padres no pagaban la universidad porque realmente no tenían condiciones en el momento, pero ella no quería miradas compasivas de ella.

Sin embargo, su desempeño en aquel entrenamiento fue tan malo, que la propia Taylor, normalmente tan distraída, notó que algo andaba mal con su amiga.

Ya en el vestuario, después de que la mayoría de sus compañeras se habían ido, las dos conversaron.

-¿Que piensas hacer, amiga? – preguntó Taylor preocupada – ¡No puedes dejar de jugar! Puedo hablar con mi papá y él...

-¡No, Taylor! ¡No te atrevas a hacer eso! – la interrumpió Camila – Tu padre no tiene nada que ver con mis problemas financieros.

-Pero soy tu amiga. ¡Déjame ayudarte!

Camila continuó negándolo.

-No te preocupes por eso, ¿vale? ¡Veré como lo hago! Siempre se las arreglamos en casa hasta ahora, no tiene por qué ser diferente.

Antes que Taylor pudiera decir algo, la figura bañada y vestida de Lauren apareció detrás de una fila de armarios.

-¿Qué haces todavía aquí, novata? – preguntó la rubia medio enojada.

Lauren ni siquiera notó la presencia de Taylor. Su mirada se volvió solo hacia Camila.

-¡Ya estoy de salida! – dijo mirando esos ojos marrones – Hasta luego, Camila!

-¡Nos vemos, Lauren! – respondió la chica con un hilo de voz. ¿Será que la delantera había escuchado su conversación con Taylor? Sinceramente esperaba que no. No soportaría a Lauren con lástima de ella.

-¡Pues ya vas tarde, adiós cariño! – dijo Taylor sin paciencia – ¡Vete!

Lauren salió sin llevar en consideración las provocaciones de Taylor, pero Camila reprochó a su amiga.

Jugando Con El Amor ||Camren||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora