Para Camila, el mundo parecía haberse vuelto completamente rosado. Ella estaba realmente en un estado de gracia. El equipo entrenaba y rendía mejor con cada entrenamiento, ella y Lauren se mantuvieron juntas el mayor tiempo posible y todo entre ellas era amor, cariño y felicidad. ¿Qué más se puede pedir de la vida?
Lauren le había ayudado a inscribirse en el proceso de selección de becas deportivas y, pasaban la mayor parte de la tarde juntas en la librería.
"-Si esa sala de corrección de textos hablara!" – pensó la levantadora con una sonrisa. Estaba segura que terminaría revelando todas las locuras que, cediendo al deseo, las dos ya habían cometido allí.
Era asombroso que hasta programas de parejas las dos ya habían hecho con Ed y Rebecca. Alquilaron películas, se quedaron cada pareja en un sofá, mimándose y asistiendo. Otras veces los cuatros salían juntos y Tay. Habían ido a restaurantes, cines e incluso a una obra infantil en el teatro. A pesar de no entender muy bien, ya que era muy pequeñita todavía, la niña se había divertido con Caperucita Roja y Blancanieves tan cerca del escenario.
Tay había adquirido el hábito de gustarle las historias gracias a su hermana. A Lauren le encantaba contarlas a la niña, cuando ya estaba acostada en la cama, lista para dormir. Sonrió ante esos ojitos infantiles emocionados, observando, imaginando hasta el punto de imitar las voces y las acciones de los personajes que describía. Ambas se divertían bastante.
Para que la felicidad de Camila fuera completa, todo lo que tenía que hacer era resolver un problema que aún estaba pendiente: la antipatía de Taylor por Lauren. Su amiga todavía no quería hablar con la atacante, y se había vuelto aún más sarcástica al darse cuenta del acercamiento entre ella y la levantadora.
Cuando las encontraba juntas, prefería fingir que ni siquiera las había visto. E incluso había evitado llamar o ir a la casa de Camila, porque sabía que estaba el peligro de encontrarse con Lauren allí.
Eso molestaba bastante a Camila. Sabía que la rubia era terca, orgullosa, pero habían sido amigas durante mucho tiempo. Estaba bastante segura de su amor por Lauren, pero quería hacer hasta lo imposible para no lastimar a su amiga.
-¿Por qué no hablamos con ella, Camz? – Lauren preguntó, ambas abrazadas en la habitación de la levantadora, mirando la televisión – Deberíamos explicar la situación. Mostrarle a Taylor que no te perderá como amiga. ¡Porque sigo pensando que toda esa aversión hacia mí es porque está celosa de ti!
-¡Lo sé, Laur! ¡Pero me temo que se horrorizará cuando se entere y ya no quiera habla conmigo! Taylor nunca se enteró lo de Ariana. Siempre pensó que éramos buenas amigas. ¿Cómo voy a decirle que mentí todo este tiempo?
-No mentiste, mi ángel. Lo omitiste. Y si ella realmente es tu amiga, lo entenderá.
-¡Ojalá tuviera toda tu confianza! – dijo la levantadora sonriendo.
Lauren sonrió también y la besó. Luego la miró seriamente.
-Hay algo que tenemos que resolver, Camz – dijo – Me encanta estar contigo. Aquí, en mi casa, en cualquier lugar. Pero ya no quiero esconderme. Fingir que solo somos amigas y estar frenándome para no besarte o acariciarte en público.
-Quieres asumirnos, ¿es eso? – preguntó la levantadora sorprendida.
-En cierto modo, sí. Quería contarles a nuestras familias primero. Tus padres, tu hermano, mi mamá y Chris. No creo que sea muy justo que estemos viéndonos en casa y seguir mintiéndoles, ¿entiendes?
Camila se sentó, siendo imitada por Lauren. Nunca había pensado en eso que su novia le estaba proponiendo. Era todo muy nuevo para que ella considerara contarle todo a su familia. Pero entendió la petición de Lauren.
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Jugando Con El Amor ||Camren||
FanfictionLauren una jugadora de voleibol estaba feliz por haber conseguido su tan soñada beca en la Universidad Metropolitana, más aún por estar nuevamente al lado de su familia. Pero por lo que no contaba es enamorarse de su nueva capitana de equipo, ésta q...